No han arranacdo muy bien las cosas ni para Pablo Larrazábal ni para Adri Arnaus que llegaban a esta edición del 150º Open con toda la ilusión del mundo y después de una primera parte de la temporada que no ha estado nada mal para ninguno de los dos y que, desde luego les situaban a ambos en una buena posición de cara a presentarse el fin de semana en los dos días más importantes del torneo.
Sin embargo, las cosas no han ido demasiado bien para ninguno de los dos que tendrán que firmar una gran vuelta este viernes si quieren pasar el corte, que va a estar muy exigente, y jugar con los mejores de cara a terminar el torneo lo más alto posible.
Larrazábal, que acabó con 75 golpes, arrancó en sus nueve primeros hoyos con dos bogeys en el 4 y en el 6 que le dejaban lastrado de cara a una segunda parte del recorrido en la que tenía quie recuperar sus dos errores mañaneros. Pero en los segundos nueve las cosas tampoco le fueron dem,asiado bien. En esa segunda parte del recorrido firmaba otros dos bogeys al 11 y al 13 y un doble boey al 16 que le complicaban mucho las cosas.
Tres birdies en el 14, 15 y 18 le arreglan algo la situación para darle alguna opción de cara a mañana, aunque necesitará su mejor golf para pasar el corte.
"Estoy bastante triste y decepcionado, sobre todo con el putt con el que llevo una temporada en la que las cosas no me funcionan", dijo el doble ganador español esta temporada en el DP World Tour. "En Sudáfrica se me dobló la varilla del putt por un golpe con una cámara de televisión y desde entonces las cosas no han ido igual con este palo", dijo.
El otro español en juego en esta jornada de mañana, primera de las cuatro del último Major de la temporada, Adri Arnaus, terminó un golpe mejor que Larrazábal, pero tampoco con buenas sensaciones. El catalán arranco con tres bogeys y un solo birdie y con las mismas necesidad para mañana que Larrazábal. Una buena vuelta bajo par si quiere estar el fin de semana en el torneo.
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