Ya está. Tiger Woods, sin duda el mejor jugador de golf de la historia, ya forma parte del Hall of Fame del golf mundial tras dos años de espera en los que ha estado como candidato para entrar.
Y en su discurso de entrada no habló de ninguna de sus 82 victorias en el PGA TOUR ni de sus 15 Majors, ni de las ocho cirugías que sufrió a lo largo de su camino.
Tiger habló de su vida, de la segunda hipoteca que sus padres pidieron al banco y que le permitió jugar el circuito junior en California y habló de su padre con voz entrecortada.
“Si no sales y te esfuerzas, no obtendrás los resultados”, dijo Woods. “Pero lo más importante es que si no sales y no te esfuerzas no te lo mereces. Necesitas ganártelo. Así que eso definió mi educación. Eso definió mi carrera”
El estadounidense fue presentado por Sam, su hija de 14 años, quien dijo que su padre les predica a ella y a su hermano Charlie, de 13 años, el mismo mensaje que aprendió de su difunto abuelo más tarde: "Entrenar duro luchar fácil."
Woods fue la cabeza de cartel de una generación que incluyó también al comisionado retirado del PGA TOUR, Tim Finchem, a la tres veces campeona del U.S. Women's Open, Susie Maxwell Berning y la fallecida Marion Hollins, una visionaria que se convirtió en la primera mujer en diseñar campos de golf en Estados Unidos.
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