La Asociación Española de Campos de Golf, la patronal del sector, se reunía la semana pasada para valorar los acontecimientos a los que les ha avocado la crisis del COVID-19. Una situación por la que desde la asociación se hacía una llamada a la lealtad y la generosidad a través de su presidenta.
“Es un momento muy complicado para todos, pero especialmente para nosotros que, aunque cerramos las instalaciones, no podemos dejar de trabajar los campos”, asegura Claudia Hernández que lidera las acciones que desde la AECG han emprendido para aguantar el envite que supone el estado de alarma. “La cuestión es ver como salimos adelante cuando todo esto pase”.
Unas medidas que pasan por retomar viejas reivindicaciones que esperan ser atendidas por el gobierno ante la inesperada situación que presenta esta crisis sanitaria. Entre otras cosas, la reducción del IVA. “Lo llevamos reclamando toda la vida, pero ahora va a hacer más falta que nunca”. Pero si hay algo por lo que se muestra verdaderamente preocupada es por los empleados de los campos.
"Vamos a intentar aguantar a pulmón todo lo que podamos, pero dependerá de lo que se alargue esta situación”
De hecho, en el club del que es consejera delegada, el Real Club Sevilla Golf, han decidido predicar con el ejemplo e intentar ser “todo lo solidaria que pueda”, evitando, al menos por ahora, el temido ERTE y ha puesto a toda la plantilla del club hispalense a trabajar "adelantando trabajos que teníamos previstos para más adelante, tanto en el campo como en las instalaciones y todos están supermotivados. Vamos a intentar aguantar a pulmón todo lo que podamos, pero dependerá de lo que se alargue esta situación”.
Como presidenta de la Asociación Española de Campos de Golf sus preocupaciones transcienden a su propio club y ya piensa en que soluciones pueden adoptar en otros campos. Sabe que todos no podrán adoptar esas medidas, pero cree que en algunos casos la solución puede pasar por un ERTE y que los clubes completen el importe de los sueldos, aunque también es consciente que para muchos esta situación será “horrible y veremos como pueden salir”.
Mejor les irá, o al menos así lo espera, a los campos de socios que tienen algo más fácil su mantenimiento. “Evidentemente, los socios tendrán que seguir pagando las cuotas, pero por supuesto -y aquí retoma su planteamiento solidario- les tendremos que quitar los alquileres, los bonos, las clases… cada campo hará lo que pueda, pero todos tendremos que arrimar el hombro”, concluye.