El canario Rafa Cabrera Bello saldó su participación en esta 119º edición del US Open con el objetivo conseguido de pasar el corte -solo 28 jugadores lo han logrado en los tres torneos del Grand Slam que se han jugado este año- y quizá con una sensación agridulce de no haber terminado algo más arriba en la tabla y de no haber podido con este majestuoso campo.
Sólo tras la primera jornada, Rafa con una tarjeta de 70 golpes doblegó a Pebble Beach asentando las bases para el viernes intentar asegurarse un corte que llegó casi en el último instante antes de terminar la jornada. El viernes Rafa había firmado la primera de sus dos tarjetas de 74 golpes para complicarse su pase pero, finalmente, el corte se cifró en +3 y con +2 se aseguraba pasar la frontera del fin de semana para intentar entonces seguir mejorando.
Sin embargo, el sábado no le fue tampoco demasiado bien y con otro 74 sólo restaba para el domingo intentar una buena vuelta para subir posiciones en la tabla.
Y hoy el gran canario firmó una tarjeta de 72 golpes en la que en los 9 primeros hoyos se complicó las cosas con un comienzo muy irregular terminando esos nueve primeros hoyos con tres bogeys al 2, al 4 y al 5 y sólo dos birdies al 3 y al 6 para terminar con uno sobre par y esperar que le deparaba la segunda parte de la vuelta de este último día.
Y en los nueve segundos Rafa lo intentó desde el principio con un gran birdie en el 10 que luego no tuvo continuidad finalizando con un último bogey en el 18 y esos +6 que le dejaron, antes de que terminaran los últimos jugadores rondando la sexagésimo sexta plaza.