Si el hoyo 5 permite por fin que Tiger Woods pueda rugir allí mañana, es muy probable que Woods pueda competir por enfundarse su quinta Chaqueta, a sus 43 años y catorce años después de haberse vestido de verde por última vez.
En ese par 4 que tanto trabajo le está dando, Tiger ha fallado estos tres días y lo ha convertido en su bestia negra. Sin embargo, con lo cómodo que se está encontrando en el Augusta National, esos errores quedan rápidamente en el olvido. Sobre todo, si como hoy, vienen seguidos de tres birdies consecutivos.
A partir de ahí y con una buena renta a su favor, Woods se tomaba su tiempo antes de empezar lanzar el ataque que le permitía ponerse en doble digito en el hoyo 15. Allí sería su quinto birdie que situaba en -10 su casillero. Llegaba el doble digito para el tetracampeón.
Un hoyo más tarde, otro acierto en el que estuvo impecable con el putt, le hacía empatar con Tony Finau que, en ese momento, esperaba como líder con -11 en casa club mientras que Molinari le aventajaba tomando las riendas con -12 en el hoyo 14.
Ya en el 18, un misil del californiano ponía la bola en camino hacía el último hoyo del día. Justo al centro de calle lo que le permitió alcanzar de dos el green. Eso si, el putt que tenía era larguísimo, pero pisar la hierba cortada al ras en loor de multitudes afina mucho la puntería.
En esta ocasión la bola rodo firme hacia el agujero para dejar patente que la fuerza era la correcta, aunque no tanto la dirección. La caída se llevaba la bola ligeramente hacía la izquierda para impedir que Tiger se asegurase mañana su presencia en el partido estelar.
Por cierto, que, si al principio recordábamos que hace catorce años de su última victoria, hoy también se han cumplido 22 años de su primera chaqueta.
Si (
No(
