A raíz de que este pasado miércoles el gobernador de California, Gavin Newson, estableciese una moratoria sobre las ejecuciones de los condenados a muerte en ese Estado, un nombre vinculado al golf ha destacado entre la lista de 737 presos que esperan en el corredor de la muerte.
Se trata de Scott Peterson, un graduado de la Universidad de San Diego High School donde estudió durante dos años con Phil Mickelson -aunque el zurdo asegura que no le recuerda-, y que fue condenado en 2004 por asesinar a esposa, Laci, y al hijo que esperaban.
En esa época, la Universidad tenía uno de los conjuntos más fuertes de la Liga Interescolar de California y los dos formaron parte de las filas del equipo. En 1987, aprovechando que Phil Mickelson jugaría la clasificación local para el U.S. Open, Peterson, alumno de primer año, fue elegido para sustituirle en el Campeonato por equipos de la liga interescolar.
"Era un gran chaval y un excelente golfista", recuerda Dave Thoennes, su entrenador en aquel momento. "Era popular. Un líder”. Tal vez por eso, una vez que Mickelson se graduó, Peterson se convirtió en la estrella del equipo.
La historia de Peterson comenzó a torcerse cuando, siguiendo los pasos de Mickelson intentó jugar en los Sun Devils de donde fue expulsado, al parecer porque el padre de Chris Couch, que años más tarde se convertiría en jugador del PGA Tour, le denunció ante el entrenador de Arizona por, según la prensa local de la época, “llevar a su hijo a beber y conocer chicas”, lo que hizo que Scott terminase en un colegio comunitario en San Luis Obispo, California, donde jugó en su equipo de golf durante dos años.
El 18 de abril de 2003, la vida de Peterson terminó de truncarse cuando fue arrestado en Callan Road, cerca del estacionamiento del campo de golf de Torrey Pines.