Por poder podría, eso está claro, pero a primera vista, con 43 años cumplidos y ni siquiera entre los 10 primeros del Ranking mundial, las posibilidades de que Tiger Woods vuelva a ser número 1 del mundo parecen difíciles, aunque no imposibles.
También parecía imposible en las dos últimas temporadas, tras cuatro operaciones en la espalda y habiendo superado ya los 40 años, que Woods volviera a ganar un torneo, -su octogésima victoria en el PGA Tour- y lo ha vuelto a conseguir, así que pensar que puede lograr estar de nuevo en lo más alto del golf mundial no es para nada una utopía, aunque, insistimos, fácil no va a ser.
Woods, que logró ser número 1 281 semanas seguidas y 683 a lo largo de su carrera, fue número uno del mundo por última vez allá por marzo de 2014. Hace casi cinco años de eso y las cuatro operaciones de su espalda jugarán en su contra, además de las 43 primaveras que tiene y que tampoco le van a ayudar.
Es cierto que en el último año y medio ha subido hasta la décimo tercera plaza que ahora ocupa casi desde más allá de la 1.200, pero es más fácil subir como lo ha hecho rozando el Top-ten desde el "infierno" que ascender esas doce plazas hasta el número uno jugando al mismo nivel.
Está claro que para que Woods vuelva a ser número uno del mundo debería de jugar mucho más y mejor de como lo ha hecho en este 2018 recién terminado y eso cada vez está más dificil.
El propio Woods decía hace unos días que "esta temporada pienso jugar menos y llegar a los torneos que dispute en mejores condiciones". Una declaración de intenciones que deja bien a las claras que el ex número uno del mundo va a buscar la calidad en contra de la calidad.
Tras sus cuatro años de ausencia en ese mejor puesto mundial, Tiger necesitaría a principios de temporada alguna victoria más o un par de top-10 o top-5 para meterse en el Top ten mundial y desde ahí intentar culminar de nuevo su sueño. El propio Hank Haney -su entrenador desde 2004 a 2010- decía que sería cuando menos "Increible".
Pero todo puede pasar y más con un Tiger Woods que, desde luego, no ha titrado la toalla en ningún momento. Da la sensación que otro de sus grandes objetivos a medio plazo es lograr igualar el récord de Jack Nicklaus en cuanto al número de Majors ganados (18) e incluso superarlo, pero da la sensación de que ese reto es incluso más complicado que el de volver a ser número 1 mundial.
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