Miguel Ángel Barbero, director general de la Fundación Síndrome de West y responsable del Circuito de Golf del mismo nombre nos cuenta la gran historia del porqué nace este circuito y a lo que ha llegado gracias a la solidaridad de muchos jugadores.
Una iniciativa que nace hace dieciséis años y que ha colocado al circuito como una herramienta perfecta para luchar contra esta enfermedad rara que se ceba en los más pequeños.