Pablo Larrazábal llegó con toda la ilsuión del mundo a disputar esta edición del Open de España en tierras madrileñas. El catalán partía como uno de los grandes favoritos a la victoria aunque al final el putt fue el culpable de que sus resultados, sobre todo en las tres primeras vueltas no fueran lo buenas que necesitaba para estar más arriba.
"No he estado pateando muy bien, esa es la verdad. He jugado bien, pegando bien a ka bola pero luego no he sabido adaptarme bien a los greenes. No es que estuvieran mal pero no he estado cómodo", aseguraba tras los primeros 54 hoyos.
Hoy las cosas le han ido algo mejor pero los cinco abajo con los que ha terminado no han sido suficientes para terminar más arriba en la clasificación general. Al final -12, una vuelta de 67 golpes y sensaciones encontradas en un torneo "que ha sido espectacular y emocionante por la gran cantidad de aficionados que han estado aquí hoy, ha sido una gozada".