Ha pasado un mes desde que Keegan Bradley abandonó Bethpage Black tras la dolorosa derrota del equipo estadounidense en la Ryder Cup, y por fin ha roto su silencio. En sus primeras declaraciones públicas, el capitán no ocultó la carga emocional que le dejó el torneo: “Ganas, y es gloria para toda la vida. Pierdes, y es algo con lo que vas a tener que vivir el resto de tus días”, confesó. “No hay parte de mí que crea que algún día lo superaré”.
Bradley, quien ya había competido en dos ediciones como jugador, asumió el rol de capitán en 2024 con la esperanza de liderar a EE. UU. hacia la victoria en casa. Con una plantilla repleta de estrellas, el equipo partía como favorito frente a Europa en Long Island. Sin embargo, los dos primeros días fueron un desastre: los estadounidenses llegaron al domingo con una desventaja histórica de 11.5 a 4.5 puntos.
“Pusimos todo en esto. Planificamos cada detalle, y los primeros dos días fueron tan malos como jamás imaginamos”, relató Bradley, visiblemente afectado. El sábado por la noche, antes de dirigirse al equipo, tuvo que salir de la carpa para recomponerse. “Fue muy emotivo. La verdad, fue triste”.
Aunque el equipo logró sumar 8.5 puntos en los partidos individuales del domingo, el esfuerzo no bastó para revertir el marcador. Bradley ha asumido la responsabilidad por varios errores, como la configuración del campo que, junto con la lluvia, suavizó las condiciones de juego. También ha sido cuestionado por sus decisiones en las parejas y por no incluirse como jugador.
“Desde la Ryder Cup hasta ahora ha sido uno de los momentos más duros de mi vida”, reconoció durante el día de medios del Travelers Championship, torneo en el que defiende título. A sus 39 años, solo Justin Rose era mayor que él entre los jugadores de ambos equipos.
Por momentos, Bradley deseó haberse convertido en el primer capitán-jugador desde Arnold Palmer en 1963. “Siempre me quedaré con la duda y el deseo de haber jugado”, dijo. “Pero estaba tan agotado físicamente que supe que fue lo mejor. No podía hacer ambos trabajos”.
A pesar del resultado, Bradley valora la experiencia única que vivió. “No esperaba tanto apoyo”, comentó. “En la historia del golf —desde Bobby Jones hasta Tiger Woods— no sé si alguno vivió lo que yo viví este año”.
Bradley logró algo inédito: ser capitán de la Ryder Cup mientras competía al más alto nivel, ganando torneos como el BMW Championship y el Travelers. “Fue realmente increíble”, concluyó. Ahora, su objetivo es salir de la “niebla de la Ryder Cup” y volver a enfocarse en su carrera como jugador.