Se supone que esta semana Anthony Kim vuelve a jugar al golf profesional 12 años después y digo se supone porque aún no hay anuncio ni confirmación oficial al respecto, solo indicios, algunos tan claros como un abstracto video que compartió Greg Norman o el hecho de que Kim esté en Jeddah tres días antes del incio del torneo pegando bolas. Aparece el norteamericano una camiseta blanca y unos pantalones con un largo indefinido entre entre bermuda y pirata y una especie de moño que sobresale de la gorra y recoge su larga melena, un look rebelde y moderno de esos con los que te echarían a patadas del 80% de los campos de golf del mundo. El LIV Golf tiene cosas buenas, otras no tanto y alguna nefasta como es su comunicación. Los últimos comunicados del LIV se remontan a unos cromos y un acuerdo con una plataforma de streaming para jóvenes. Se supone que el fichaje de Kim debería ser una jugada maestra desde el punto de vista del marketing, porque su rendimiento deportivo es una verdadera una icógnita, pero a estas alturas lo único que hay son elucubraciones sobre su fichaje.
Kim no juega al golf profesionalmente desde junio de 2012 cuando fue operado del tendón de aquiles izquierdo. El tres veces ganador del PGA Tour tiró entonces por la calle de enmedio y aceptó el pagó de una póliza de seguro, que según reportaron algunos medios, le aseguraba un mínimo de 10 millones de dólares y una vida apartada de los campos de golf. Ahora se supone que la poliza ha finalizado o que los saudíes le pagan lo suficiente como para ejecutar su cancelación. Ahora bien, ¿cómo será la nueva versión de AK 38 años?.
Kim era fuego, carisma, la Ryder Cup de 2008 fue su explosión, su debut con 23 donde arrasó a Sergio García en los individuales, sin embrago como decía con acierto mi colega americano Michael Bamberger en Golf.com 'ninguno de los 24 jugadores de esa Ryder Cup es mejor ahora de lo que era entonces'. El tiempo pasa y aunque nos afanemos delante del televisior cada vez que Tiger Woods coge los palos esperando una de esas heróicas actuaciones que antañole llevaba a coleccionar triunfos, es más que probable que eso no vuleva a suceder nunca más, lo mismo es probable que pase con Kim. Otra opción que justificaría el silencio del LIV Golf es que se muestren cutelosos ante los indicios de que la actuación de Kim puediera ser un soberano petarno. Sin embargo, yo me incluyo entre los que les apetece ponerse el sábado delante del televisor a ver que sucede con el jugador renacido, que al parecer no estará encuadrado en ninguno de los equipos, y jugará por libre hasta que se aclare su rendimiento.