Amateurs

Un meláncolico paseo por Mayakoba con Jon Rahm

Un retorno 10 años después

Hugo Costa | Domingo 04 de febrero de 2024

Hay sitios que te marcan en tu vida y Jon Rahm tiene un par de icónicos lugares donde estoy seguro que no le importaría que, en muchísimos años, esparcieran una parte de sus cenizas. Barrika podría ser uno, los acantilados de San Diego otro y quizás Mayakoba podría entrar en esta macabra quiniela.






La familia Rahm recibió un buen día la llamada de Juan Miguel Villar Mir, invitando al joven prodigio español a jugar su primer torneo de profesionales, nada más y nada menos que del PGA Tour. “Me acuerdo de todos los golpes de mi carrera”, me advierte Rahm, mientras caminamos entre los espectaculares manglares y cenotes por dentro de las cuerdas el días del proam.

-¿A qué no recuerdas con quién jugaste aquella primera ronda?.-, decido ponerle a prueba.

-Zac Blair… y comienza a dudar durante unos segundos, creo que el otro era Hudson Swafford”. Bingo. Nunca te juegues los cuartos ni con los palos ni con la cabeza de Rahm

-¿Recuerdas cuando te pusieron una penalidad…?

Rahm suelta un exabrupto y narra con perfección lo sucedido aquel viernes del PGA Tour donde dos golpes de penalidad arruinaron el sueño de pasar el corte del entonces aficionado español. A mi me impresionó como un amateur de 20 años recién cumplidos replicó a todo un árbitro del PGA Tour ante lo que consideraba una decisión injusta. Este chico además de golf, tiene personalidad, y cojones- pensé-, ya entonces quedaban pocas dudas de que Rahm iba a comerse el mundo.

Recuerdo haber celebrado algún cumpleaños de Rahm en Mayakoba. Con una tarta, la familia Villar Mir, los Rahm y el bueno de Andrés Pan de Soraluce, motor de aquella locura que fue sacar por primera vez un torneo del PGA Tour de Estados Unidos y Canadá.

Antes de la salida del hoyo 7, Jon se detiene durante unos segundo ante la placa en reconocimiento a Juan Miguel Villar Mir. Un año más tarde al debut, Rahm regresó para lograr el top ten más especial del PGA Tour, "la única vez que mi padre me hizo de caddie". Aquella edición terminó en lunes, Rahm tuvo que volver para jugar su segundo golpe en el hoyo 18, tras una suspension, en este caso sin su padre Edorta en la bolsa, ya que tenía un vuelo cerrado e inamovible para el domingo por la noche. Jon exhibió una vez más su campechanía. ¿Quien quiere hacerme de caddie mañana? Los ojos de los finalistas del entonces circuito de golf Movistar se abrieron como platos. Sugerí a Luis Montero, buen jugador amateur de La Moraleja, y allí, a primera hora del lunes, Luis portó la bolsa de Jon Rahm para asistir como testigo privilegiado al segundo golpe del español y sus dos putts finales. “Luis tienes un top ten en el PGA TOUR” siempre le digo cuando me lo encuentro.

Villar Mir siempre recuerda el detalle de los Rahm que se presentaron en Mayaba con una virgen de Begoña, un detalle que emocionó al empresario, también el collage que hicimos años después cuando Rahm ganó el Us Open. Enviamos a casa de Villar Mir una bandera de su primer major con una cariñosa dedicatoria.






Durante un buen rato los recuerdos y experiencias se agolpaban, son solo 10 años que parecen una eternidad, sobre todo en el caso de Jon donde parece imposible que un ser humano pueda aprovechar tan bien una década. "Bueno, somos todos mas maduros y más experimentados", comenta. -Y tú 500 millones más rico-, pienso. Pero os puedo asegurar que si hay realidad absoluta een todo es que Rahm es exactamente el mismo que aquel joven amateur que quiso comerse el mundo.

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