El francés Matthieu Pavon ha inscrito su nombre en el selecto palmarés del ACCIONA Open de España presented by Madrid, el merecido destino a una actuación objetivamente sobresaliente plasmada en un incontestable dominio de principio a fin.
Desde la primera a la última jornada, el golfista galo estableció una trayectoria impecable que le permite incorporarse al selecto club de ganadores de este torneo centenario donde figuran, entre otros, Severiano Ballesteros y Jon Rahm.
Birdie en el hoyo 1 y consiguiente ovación. Birdie en el hoyo 2 recompensado con nueva ovación. Birdie en el hoyo 3 que generó un griterío monumental y cruce nervioso de miradas entre todos los presentes, deseosos de presenciar esa soñada reacción histórica que adquirió más visos de realidad cuando, en el hoyo 4, Jon Rahm lo volvió a hacer, el cuarto birdie consecutivo que, definitivamente, desataba la euforia colectiva.
No hacía falta seguir el partido de Jon Rahm para percibir el resultado de unas acciones que el público asistente se encargaba de transmitir a todos los rincones del campo mediante un vocerío ya desbordante que se escuchaba muchos hoyos más allá.
Y es que Jon Rahm, en una sucesión de aciertos sin aparente fin, volvió a rubricar birdies en los hoyos 7 y 8, sendos aciertos que a punto estuvieron, por apenas unos centímetros, de volver a ser reproducidos en los hoyos 9 y 10.
El impresionante ciclón vasco llevó a Jon Rahm a la tercera posición provisional, a apenas tres golpes del líder Pavon, que todavía tenía todo el recorrido por completar, una oleada de aciertos que asimismo eclipsaba la actuación de otros golfistas españoles con méritos bien visibles.
Era el caso de Alfredo García Heredia, noveno clasificado junto a Rahm, autor otra vez de un gran torneo, reeditando la querencia del asturiano a conseguir grandes resultados en el Open de España a base de paciente acierto.
Mención asimismo especial para Alejandro del Rey, finalmente ubicado en el puesto 17, tres por encima de Gonzalo Fernández Castaño y Pablo Larrazábal, protagonistas de sendas buenas actuaciones.
El torneo había concluido, pero las palpitantes sensaciones seguían reposando sobre ese vendaval vasco frenado en el hoyo 13, cuando un inoportuno bogey cercenaba definitivamente las opciones de ganar de Jon Rahm.
Ya en la entrega de premios, las loas y los aplausos merecidos se destinaron al golfista francés, pero el verdadero cariño, fervor y admiración seguían adheridos a Jon Rahm. “Me hubiese encantado meter el último putt para eagle en el hoyo 18, por ellos, por el público, porque se lo merece”, sentenció antes de darse un baño de masas entre los aficionados.