Pablo Larrazábal, uno de nuestras leyendas en el golf profesional, cumplirá este año los 40 lleno de ilusión, arrancando su décimo sexta temporada en el circuito e intentando seguir haciéndonos disfrutar de este deporte al máximo.
“Sigo soñando con seguir jugando, seguir divirtiéndome y hacer que los aficionados a este deporte sigan disfrutando con el golf", asegura.
"Me queda algo lejos el 2004 cuando empecé como profesional. Ahora, en 2023, sigo con toda la ilusión, con ganas de seguir haciendo la maleta y viajar por todo el mundo para hacer lo que más me gusta, y ademásno hay otro remedio”, dice entre risas.
El año pasado sumé dos victorias y eso es lo importante, seguir en la brecha. Llevo 15 años en el circuito 400 torneos jugados, que es como si hubiera jugado dos años seguidos sin parar. Media vida en el circuito europeo, pero con ganas de ver a mí otra familia, a mis compañeros y volver a empezar de nuevo.
El otro día conocí la noticia de Barry Lane, que nos ha dejado. Yo jugué mucho con él en mis primeros años y son noticias tristes que nos llegan de repente.
Ahora somos los veteranos del circuito. Somos referencia para muchos jugadores que acaban de llegar o que apenas llevan un par de años en el circuito. Con nosotros aprenden como hay que jugar, la paciencia que tenemos, esa tranquilidad que nos dan los torneos jugados, el saber que un campeonato no se gana el primer día, pero que si se puede perder. Hay que aprender a soportar los chaparrones y saber que los momentos malos llegaran, pero todos pasan. En el golf no todo son golpes buenos, sino que a veces llegan muy malos momentos y hay que tener calma”, asegura.
Sobre el LIV y la situación del golf profesional en la actualidad Pablo lo tiene muy claro: "Todo está muy enrarecido. El LIV ha descuadrado el mundo del golf, pero también va bien para que los que mandan sepan que hay que estar muy atentos y espabilados. Todo esto espabila a los que tienen que espabilarse. Si se agita el árbol enseguida todo el mundo se poner nervioso”.
"El mundo del golf lo llevan dos tres, cuatro personas y son ellos los que se tienen que sentar en la mesa de negociación. Si me siento yo con Jon Rahm y Sergio García lo solucionamos después de la primera Coca-Cola, pero cuando se tienen que sentar otros y no quieren ni sentarse, las cosas son más difíciles".
Entre los sueños de Larrazábal dos que aún quedan por cumplirse, jugar una Ryder Cup y el Masters de Augusta. "Son sueño, pero no muy reales. Podemos decir que están apuntados en la lista de los deseos, pero sé que es complicado. Sabemos la dificultad de jugar una Ryder Cup Sólo me falta jugar una Ryder Cup y el Masters de Augusta. Estuve de caddie de mi hermano, pero eso no cuenta.
Me gustaría cerrar el círculo de mi carrera pudiendo jugar alguna vez el Masters de Augusta. Pero para poder estar ahí todo depende de cómo lleve el año y como vaya jugando semana a semana”.
“La maleta de las ilusiones la llevo de maravilla. Son ya muchos años, pero me sigue poniendo a tono el ir a competir. La competición es lo que motiva a todo deportista, sobre todo cuando estás cerca de los 40 como yo.
"Me encanta llegar y poder ganar a los chavalillos, esos que me pisan la bola por 40 metros en el tee del 1. Luego, alrededor de green, se van igualando las cosas”.
Sobre cómo fue la temporada pasada y las expectativas de este, Larrazábal apuntaba varias cosas. “Este año ha sido clave para el golf en España, sobre todo después de la pandemia. El golf ha salido reforzado, ha crecido un poco y también se ha notado en las victorias de los nuestros. La gente empezó a jugar un poco más y en el golf profesional pasamos una época muy mala –jugar solo en los campos fue muy duro- y la gente no es muy consciente, pero para nosotros fue muy difícil. Creo que este año se pueden conseguir muchas victorias y que el golf en España siga creciendo”.