Además del PGA Tour, donde se disputa el AT&T Pebble Beach Pro-Am, y del DP World Tour, donde se juega el Ras al Kaimah Championship, y mientras en Londres Greg Norman y Cho Minn Thant, directror general del Asian Tour, presentaban lo que va a ser el nuevo Asian Tour y las International Series que viene con 200 millones de dólares bajo el brazo y que dará comienzo con el primero de diez nuevos torneos que empezará del 9 al 12 de junio en el Centurion Club en Hertfordshire, este jueves dará comienzo el primer torneo del año del Asian Tour, el PIF Saudi International.
Una cita que abre la puerta del Asian Tour con una dotación de cinco millones de dólares y con la presencia en el Royal Greens Golf & Country Club de algunos de los mejores jugadores del mundo en Arabia Saudi.
Entre ellos habrá una buena representación española con cinco jugadores, tres de ellos gracias a su clasificación entre los 300 primeros clasificados en el ranking Mundial, Sergio García, Rafa Cabrera Bello y Adri Arnaus y dos invitados por el circuito, Pablo Larrazábal y Eduard Rouseaud.
En las filas internacionales mucha calidad, entre ellos los dos ganadores anteriores del torneo, Graeme McDowell y el defensor del título y ex número uno del mundo, Dustin Johnson, además de primeras figuras como Xander Schaffele, Bryson DeChambeau, Cameron Smith, Tony Finau, Patrick Reed, Paul Casey, Joaquin Neumann, Phil Mickelson, Lee Westwood y Tommy Fletwood.
El PGA Tour ha otorgó el permiso necesario para que algunos jugadores que lo habían solicitado puedan disputar esta prueba del Asian Tour.
Los estadounidenses Dustin Johnson, Bryson DeChambeau, Phil Mickelson y Xander Schauffele son algunos de esos profresionales que han pedido ese permiso y que han chocado con algunos segmentos del golf y la vida estadounidense al considerar que jugar en Arabia Saudí no está bien visto por el historial de derechos humanos de este país. Otra de las razones de controversia por su inscripción se centran en la inversión que el Fondo de Inversión Pública del gobierno saudí estableció con LIV Golf Investments este otoño, nombrando a Greg Norman como su CEO y anunciando que inyectaría 200 millones de dólares en el Asian Tour con la idea de establecer potencialmente una serie de eventos en el futuro que podrían chocar con la posición del PGA Tour en la cima del golf profesional y de sus intereses y torneos.
A fecha de hoy más de una docena de jugadores habituales del PGA Tour pidieron permiso para poder disputar el torneo, un hecho que está limitado a tres ocasiones por jugador y temporada.
Pero este permiso es con condiciones. Si un jugador ha jugado Pebble Beach al menos una vez en los últimos dos años, debe jugar en el evento que se dispute en 2023 o 2024. Aquellos que no hayan jugado el torneo en los últimos cinco años deberán jugar en dos de las tres próximas ediciones del AT&T.