Jon Rahm es, sin duda, uno de los grandes favoritos a conseguir la victoria en este "quinto" Major de la temporada en el que el vizcaíno juega por segunda vez tras no haber pasado el corte el año pasado quedándose fuera de la última jornada en el segundo del sábado. "El año pasado jugue muy agresivo el sábado, más de lo que debía. Aprendí que es importante tener paciencia y mantenerse fiel a la estrategia y que, a veces, un hierro largo desde la calle es mejor que un wedge desde el rough".
"El Open de España ha sido el torneo donde me he podido conocer aún más a mi mismo, como persona y como jugador. Cada vez que sentía algo, esa emoción se multiplicaba por diez. Por eso esa semana ha sido tan importante para mi. Creo que un Major no sería tan emocionalmente importante como el Open de España en mi caso. Mantener el control para mí ha sido muy importante y ha sido la demostración de que me puedo controlar muy bien en esas situaciones".
Sobre la posibilidad de conseguir el número uno, Rahm no quería ni oírlo. "No tenía ni ide. Prefiero no saberlo. Imagino que hay que ganar. Eso es lo primero, luego que pase lo que pase. Creo que es más difícil ganar aquí que ser número 1 del mundo. Llegar al número uno es un premio después de jugar muchos torneos. No creo que merezca la pena ponerme la presión en un solo torneo. No sabía que si ganaba lograba el número uno. Espero que el domingo tenga alguna opción pero está claro que en mi mismo caso hay varios jugadores como Justin Thomas, Jordan Spieth, yo mismo o Dustin Johnson. Si gana, él seguirá siendo número 1".
Sobre el campo Rahm aseguró que "Este es uno de los campos más exigentes de tee a green pese a no ser muy largo, porque se juegan muchos hierros y maderas desde el tee".