El Gobierno chino ha lanzado una nueva ofensiva contra el golf y ha cerrado 111 campos, pidiendo más esfuerzos por conservar el medio ambiente.
La agencia estatal de noticias Xinhua informó de que los campos se han cerrado por un uso inadecuado del agua, y la utilización de tierras cultivables o terrenos naturales. Las autoridades han impuesto restricciones además a otros 65 campos.
China prohibió el desarrollo de nuevos campos de golf en 2004, cuando tenía menos de 200, y prohibió a sus funcionarios la práctica del golf, nada menos que 88 millones de personas. La prohibición tenía por objeto conservar las tierras de cultivo y los suministros de agua. Sin embargo el número de campos se ha triplicado en estos 12 años.
Los campos se construyen bajo la apariencia de parques u otros proyectos, a menudo con la aprobación de los funcionarios locales. De hecho El Partido Comunista ha despedido a líderes locales por aceptar rondas gratuitas.