Cuando llega la tercera semana de Junio, que es cuando se celebra normalmente, mi deseo de ver algo diferente se acentúa con este torneo. Hoy en día el material de golf ha evolucionado tanto que en muchos torneos el ganador acaba con resultados que rondan el -20, salidas de driver de 350 yardas y segundos golpes con hierros cortos, incluso en algunos pares 5.
Pero en el Us Open es habitual que el ganador acaba estando muy cerca del -5, salvo en las ediciones de 2011 con Rory Macilroy en -16 y la del 2000 con Tiger Woods en -12. Me encanta ver la lucha del jugador contra el campo, pero que el campo se defienda y obligue al jugador a sacar las mejores armas para luchar contra los elementos, incluso el morbo me dice que si gana el campo, mejor que mejor.
Es muy anodino ver grandes torneos donde sabes en todo momento dónde va a ir la bola y que los cortes de los viernes están en -2, incluso esperas que las condiciones atmosféricas, en especial el viento, influyan para poner a los jugadores en situaciones complicadas y ver golpes poco habituales.
Tengo amigos y compañeros que no son de mi opinión e intentan convencer de lo contrario, pero no hay manera. Por eso para el próximo estoy deseando que la USGA, endurezca el campo lo suficiente con greens muy rápidos, lo ideal es que no sea inferior a 10,5 pulgadas un roug crecidito , que penalice, la famosa festuca de Chambers Bay haga bien su trabajo.