Opinión

Un buen Open y un avasallador McIlroy

Opinión

Guillermo Artola | Martes 19 de mayo de 2015
Ya ha pasado el Open de España y podemos afirmar que con éxito aunque el ganador sea un jugador británico. James Morrison, nada que ver con Jim, el cantante de The Doors, es el primer vencedor inglés desde 2003, año en que triunfó Kenneth Ferrie en Costa Adeje, Tenerife.

Lo cierto es que nadie pone en duda la validez del resultado y Morrison ha merecido ser el ganador, pero creo que salvo él y su familia, todos hubiéramos querido que se lo llevara por segundo año consecutivo Miguel Ángel Jiménez, que además hizo méritos por juego y por conexión con el público, algo no del todo habitual en un deporte individual y que exige máxima concentración como el golf.






Jiménez hizo una última vuelta fantástica para quedar segundo empatado, no dejó ni un momento de conectar con quienes le seguían y se llevó una ovación en el dieciocho digna del personaje que es y de lo que el golf español le debe.

En la tercera jornada el que destacó fue Sergio García que pasó de superar el corte por poco a quedar en los primeros lugares del sábado, algo que no pudo corroborar el domingo con un día aciago que le mandó al puesto vigésimo segundo.

Mucho mejor les fue a su compañero de partido, Jorge Campillo y a José Manuel Lara, ya era hora de que el golf le demostrara un poco de cariño al valenciano, que acabaron el torneo en séptima posición.  En el caso de Lara, un sesenta y seis tuvo la culpa y le confirma que su sitio es éste, el Tour Europeo, algo que seguro que José Manuel sabía antes de empezar este Open pero que así subrayado queda mejor.

También está de enhorabuena Eduardo de la Riva, que con su noveno puesto se asegura un puesto en la lista de salida del siguiente torneo regular, y que empezó con un sesenta y seis que, sabiendo que es jugador local en El Prat, nos hizo creer que iba a tener una semana mejor. Supo sobreponerse a viernes y sábado malos, y el sesenta y ocho del domingo le colocó en "top ten".

Lo dicho, enhorabuena a todos ellos y también, aunque sea al otro lado del charco, a Rory McIlroy, que sigue avasallando y que el sábado logró un sesenta y uno que fue récord del campo y que por momentos parecía que iba a ser sesenta. Increíble cómo juega el chaval cuando le salen las cosas, y lo poco que le cuesta. 

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