Lo más curioso en la iluminada pista de Sakhir eran las chispas que producía el roce del fondo plano de los monoplazas contra el asfalto, pero en la carrera apareció la mejor versión del piloto finlandés, que fue capaz de poner una chispa de interés a la previsible monotonía de la carrera.
La victoria fue, como siempre, para Hamilton pero el protagonista fue Kimi Raikkonen con una remontada espectacular en la que lograba descontar 23 segundos de diferencia, en las últimas vueltas, a Rosberg para arrebatarle el segundo puesto del podio.
Nada nuevo sobre el absurdo calvario de Fernando Alonso con el incierto McLaren, en esta ocasión fue su compañero de equipo Button quién no pudo tomar la salida por avería, que continúa haciendo el ridículo desde principio de temporada, a pesar de que se atribuyan importantes mejoras al coche ingles y los titulares anuncien hazañas como "Alonso cerca de los puntos".
Lo único cierto es: Abandono en Malasia, duodécimo en China, undécimo en Bahrein; y esto no pueden considerarse como positivo. Por buscarle alguna lectura en línea de mejora podríamos decir que el McLaren acabó la carrera.
No fue así para Carlos Sainz, al que una avería en el tren trasero le apeo de la carrera y Sebastian Vettel tuvo que conformarse con la quinta posición tras una salida de pista en la que dañó el alerón delantero. Nueva mención para el otro español presente, Roberto Merhi, que acabó último con el peor coche de la parrilla, pero, al menos, está completando vueltas en carrera y mucha experiencia antes de que llegue al equipo otro piloto con "recursos" más interesantes y le desmonten del Manor.
La próxima cita es en Barcelona, donde Alonso podrá reencontrarse con el escenario de su falsó accidente.