Dos birdies, un eagle en el cinco y dos bogeys, en el 3 y en el 8, han cerrado la mejor tarjeta (70) de estos dos días en el marcador de un Phil Mickelson que no se resistirá, seguro, a darlo todo en el fin de semana e intentar casi un imposible: repetir la victoria que logró el año pasado.
Y no porque no tenga el golf suficiente sino porque parece que se ha quedado un poco atrás en una clasificación donde nadie espera a nadie, ni siquiera al ganador del año pasado. El norteamericano sabe que tendrá que apretar mucho en el día del movimiento y quizá esperar a que la madre naturaleza le ayude algo más.
Con días como los que han tenido en el Royal Liverpool el jueves y viernes es complicado que pasen muchas cosas. Otro cantar sería mucho viento y situaciones complicadas que igualarían sobre todo los marcadores de los de arriba que parece que se han despegado algo.
McIlroy, Sergio, Molinari. Fowler o Johnson son jugadores muy peligrosos y en lo alto de la clasificación más complicados todavía. Veremos lo que da de sí el fin de semana y la capacidad de reacción del estadounidense tras el corte de hoy viernes.