Fuzzy Zoeller, dos veces campeón de torneos del Grand Slam y una de las personalidades más carismáticas del golf en Estados Unidos, falleció hoy a los 74 años. La causa de su muerte no ha sido revelada. La noticia fue comunicada al director del Insperity Invitational en Houston por su hija.
El estilo desenfadado y veloz de Zoeller en el campo nos recordará siempre su imagen, al igual que los momentos icónicos que marcaron su carrera. En 1979, se convirtió en el último jugador en ganar el Masters en su primera participación, logrando la victoria en un desempate contra Ed Sneed y Tom Watson. Cinco años después, Zoeller vivió otra escena memorable en el US Open de Winged Foot, cuando levantó una toalla blanca convencido de que había sido superado por Greg Norman, aunque al día siguiente lo derrotó con claridad en un desempate de 18 hoyos.
La carrera de Zoeller, no obstante, estuvo marcada por un episodio controvertido durante el Masters de 1997. Mientras Tiger Woods se dirigía hacia una victoria histórica en Augusta, fue entrevistado por CNN y, en un tono humorístico, realizó comentarios racistas sobre lo que debería servirse a Woods en la cena de campeones. A pesar de sus múltiples disculpas, el incidente lo acompañó a lo largo de su vida. En 2008, compartió en Golf Digest que había sido “lo peor que he vivido”, admitiendo haber recibido amenazas y llorado en numerosas ocasiones debido a unas palabras que no representaban su verdadera esencia. Reconoció que esa sombra lo perseguiría para siempre.
A pesar de la controversia, un palmarés notable fue acumulado por Zoeller: logró dos títulos de Grand Slam, además de ocho victorias en el PGA Tour y dos en el circuito senior, entre las que se destaca el Senior PGA Championship. Su carácter jovial, su hábito de silbar entre golpes y su rapidez en el juego contribuyeron a que ganara gran popularidad tanto entre aficionados como entre sus compañeros.
Frank Urban Zoeller Jr., originario de Indiana, recibió el apodo “Fuzzy” de su padre. Después de su paso por Houston, dio el salto al profesionalismo y construyó una carrera que le otorgó en 1985 el Boby Jones Award de la USGA, el más alto reconocimiento a la deportividad. En su vida personal, sufrió la pérdida de su esposa Diane en 2021 y deja tres hijos, entre ellos Gretchen, con quien participó en torneos familiares como el PNC Championship.
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