El final de la temporada del PGA Tour dejó una lista extensa de jugadores que no lograron conservar su tarjeta, reflejo de lo exigente que es mantenerse en la élite. Entre ellos aparece Lee Hodges (101), de 30 años, quien pese a cuatro top 10 en 25 aperturas no pudo sostener la regularidad necesaria y terminó fuera del corte. Similar destino tuvo Matt Wallace (103), inglés de 35 años y campeón en el DP World Tour, que con dos top 10 y diez cortes fallados no alcanzó a salvar su lugar.
La situación de veteranos también fue significativa. Matt Kuchar (118), de 47 años, apenas logró un top 10 en 18 salidas, aunque podría beneficiarse de la exención por ganancias de por vida. Joel Dahmen (122), popular por su triunfo en Puntacana 2021 y su aparición en “Full Swing”, firmó tres top 10 pero falló 16 cortes en 28 torneos, lo que lo dejó sin margen. Otro referente, Brandt Snedeker (126), nueve veces ganador en el Tour y futuro capitán de la Copa Presidentes, no pudo evitar la caída pese a tres top 10 en 25 participaciones.
Entre los más carismáticos, Harry Higgs (132), favorito de los aficionados, apenas sumó un top 10 y falló 13 cortes en 28 salidas. El argentino Alejandro Tosti (137), con tres top 10 en 20 aperturas, mostró destellos pero no la consistencia necesaria. El canadiense Adam Hadwin (139), ganador del Valspar 2017, tampoco logró sostener su tarjeta con solo un top 10 en 29 torneos.
La lista incluye nombres de gran peso histórico como Zach Johnson (141), doble campeón de majors, que a los 49 años apenas firmó un top 10 en 17 participaciones. También Cameron Champ (147), tres veces ganador en el Tour, que no pudo capitalizar su potencia pese a un solo top 10 en 16 salidas. El colombiano Camilo Villegas (155), con cinco victorias en su carrera, se quedó corto con dos top 10 en 27 torneos.
Finalmente, Kevin Kisner (194), cuatro veces ganador y actual analista televisivo, cerró una temporada muy floja con un solo top 10 en 17 participaciones.
El denominador común entre todos ellos es la falta de continuidad: algunos con carreras brillantes y otros en pleno desarrollo, pero todos golpeados por la exigencia de un circuito que no perdona. La pérdida de la tarjeta marca un punto de inflexión en sus trayectorias y obliga a replantear caminos, ya sea a través del Korn Ferry Tour, invitaciones o exenciones especiales. El PGA Tour demuestra, una vez más, que la línea entre la gloria y la incertidumbre es mínima.