El golf siempre reserva espacio para las historias inesperadas, y la del jueves en el Bank of Utah Championship tuvo como protagonista a Austin Cook, un jugador que ni siquiera tenía asegurada su participación hace unos días y que, al caer la tarde, compartía el liderato del torneo antes de que la oscuridad detuviera el juego en el Black Desert Resort. Cook, que sumó seis birdies para situarse con -6, enfrentaba un putt de birdie de seis metros en el par 4 del hoyo 14 cuando la falta de luz obligó a suspender la jornada. No estuvo solo en la cima: el danés Thorbjørn Olesen, el sueco Jesper Svensson y el estadounidense David Lipsky también firmaron tarjetas de 65 golpes (-6) para compartir el liderato provisional. En total, 38 jugadores no pudieron completar la primera ronda y deberán retomarla este viernes a las 8:00 a.m. hora local.
La historia de Cook es digna de guion. El estadounidense, campeón en una ocasión del PGA Tour, se encontraba de vacaciones con su familia cuando recibió la noticia de que entraba en el torneo como sustituto de Erik van Rooyen, quien se había retirado a última hora. “Estaba en la playa y me llegó el mensaje en el avión de que entraba en el torneo”, explicó Cook. “Pasé de estar en el agua con mis hijos a preparar los palos en cuestión de horas”.La decisión de volar a Utah ha merecido la pena: en solo su octava aparición del año, el jugador ha demostrado que conserva el toque y la paciencia que le llevaron al triunfo en 2017 en el RSM Classic.
Otro de los nombres destacados del día fue Thorbjørn Olesen, que ha cruzado medio mundo en apenas dos semanas. El danés pasó por el Sanderson Farms Championship en Mississippi, luego viajó a España para disputar el Open de España, regresó a Dubái, y de allí voló a Utah. “Mis expectativas esta mañana eran muy bajas”, confesó. “Pero he hecho bastante trabajo de recuperación estos días para preparar el cuerpo, y ha funcionado mejor de lo que esperaba”. Olesen, situado en el puesto 116 de la FedEx Cup, busca asegurar su permanencia dentro del Top 100, un objetivo compartido con Svensson (115º) y Lipsky (99º). Tras esta semana, solo quedarán tres torneos para decidir quién mantiene la tarjeta completa del PGA Tour para 2026.
El recorrido del Black Desert Resort, rodeado de roca volcánica negra y tierra roja, ofreció espectáculo y castigo a partes iguales. Paul Peterson fue ejemplo de ello: pasó de +2 tras ocho hoyos a terminar con una espectacular remontada de 66 golpes (-5), gracias a seis birdies y un eagle en la recta final. No todos tuvieron tanta fortuna. Billy Horschel, que regresó este año tras una operación de cadera, sufrió un calvario en el hoyo 11, donde firmó un cuádruple bogey tras enredarse con la lava volcánica. Aun así, logró recomponerse con un eagle en el 14 y un birdie en el 15 para salvar el par (72).
Por su parte, Max Homa, uno de los nombres más reconocidos del torneo, se complicó el día con un doble bogey en el 13 tras enviar su bola al agua, y cerró la jornada al par, con un putt de birdie pendiente en el 18 que será lo primero que ejecute este viernes. El sueco Alex Norén, vicecapitán del equipo europeo de la Ryder Cup, firmó una sólida vuelta de 67 golpes (-4) y sigue recuperando ritmo competitivo tras una lesión en la pierna que lo mantuvo fuera de acción hasta mayo.