Sergio García llevaba casi seis años sin participar en el Open de España. El capitán de los Fireballs tiene una especial motivación siempre que compite en casa, y esta semana no iba a ser una excepción. Sergio salvó un día que podría haberse tornado complicado y lo hizo con garra en sus últimos hoyos y con buenas sensaciones. Hoy ha sido uno de esos días en los que las declaraciones del jugador español invitan al optimismo.
"Hacer un eagle siempre ayuda, pero las sensaciones no son de que he jugado fatal los primeros 13 hoyos, en absoluto. Obviamente he fallado algún golpe aquí y allí, pero tampoco he notado que le haya pegado tan mal. Lo que pasa es que el campo estaba complicado, los greenes estaban muy duros en algunas zonas y bastante blandos en otras... Dependía un poquito de dónde la botases, y desafortunadamente ha sido uno de esos días en los que la botaba siempre en el sitio incorrecto. Pero bueno, al final hemos peleado y, por lo menos, hemos maquillado un poquito la vuelta“.
La sangría con cuatro bogeys y un birdie en sus primeros 13 hoyos parecía insalvable, pero llegó un gran segundo golpe en el par cinco, hoyo 14, donde la bola del español coqueteó incluso con el albatros. Se marchó con eagle y selló su ronda con un birdie más en el 18, que dejaba su resultado equilibrado con respecto al par del campo.
"Probablemente en los primeros 13 hoyos le he pegado a la bola bastante mejor como para hacer un solo birdie. Pero bueno, el golf es así y hay que lidiar con lo que tenemos“, comentaba el ganador del Open de España de 2012 en aquella edición en El Cortijo (Gran Canaria).
Sergio dormirá a seis golpes del líder, Ugo Coussaud, y con la esperanza de aprovechar unas mejores condiciones del recorrido el viernes por la mañana y meterse de lleno en el torneo.