Esta semana, el Silverado Resort & Spa en Napa Valley se convierte en el epicentro del golf estadounidense con la disputa del Procore Championship, torneo inaugural del FedExCup Fall y, más allá de los puntos y el premio, una cita cargada de simbolismo y estrategia. A tan solo dos semanas de la esperada Ryder Cup en Bethpage Black, el equipo completo de Estados Unidos -excepto Bryson DeChambeau, por ser jugador del LIV, y Xander Schauffele, ausente por motivos personales-, se dan cita en California con un objetivo claro: mantenerse competitivo, afinar detalles y fortalecer la química grupal.
La atmósfera del martes previo al torneo fue reveladora. Lejos del caos habitual de prácticas y ajustes técnicos, se respiraba camaradería. Sam Burns silbaba en el campo de prácticas mientras saludaba a Justin Thomas; Patrick Cantlay compartía anécdotas de tormentas pasadas en Silverado; J.J. Spaun desplegaba una camiseta de “USA” ante el número uno del mundo, Scottie Scheffler, quien intercambiaba bromas con Russell Henley sobre su espíritu competitivo. Todo bajo la mirada atenta del capitán Keegan Bradley, quien, aunque no compite esta semana, está omnipresente: vestido con la indumentaria del equipo, caminando junto a los grupos de práctica, resolviendo dudas logísticas y organizando cenas y actividades para reforzar el vínculo entre sus jugadores.
La decisión de Bradley de reunir a su escuadra en Napa no es casual. En la Ryder Cup de 2023, Estados Unidos sufrió una dura derrota ante Europa en Roma, y muchos atribuyeron el bajo rendimiento a la inactividad de los jugadores tras el TOUR Championship. Solo dos miembros del equipo compitieron en Napa aquel año. Esta vez, la estrategia es distinta: competir para llegar afilados. Scheffler lo explicó con claridad: “Al final de la temporada pasada estaba agotado. Esta vez hay tiempo suficiente para descansar y seguir compitiendo. Necesito esos ‘reps’ antes de la Ryder”.
La participación masiva del equipo estadounidense en el Procore contrasta con la estrategia europea, que también busca ritmo competitivo en el BMW PGA Championship en Wentworth, donde 11 de los 12 integrantes estarán presentes. La batalla por la Ryder ya se juega, aunque sea en escenarios distintos.
En lo estrictamente deportivo, el Procore Championship presenta un field profundo y variado. Desde veteranos como Matt Kuchar, Webb Simpson y Gary Woodland, hasta jóvenes promesas como Sahith Theegala, Akshay Bhatia y Gordon Sargent. Los horarios de salida del jueves reflejan la magnitud del evento: Scottie Scheffler, J.J. Spaun y Russell Henley saldrán a las 9:38 PM (hora local); Harris English, Collin Morikawa y Webb Simpson lo harán a las 9:49; mientras que Sam Burns, Patrick Cantlay y Woodland cerrarán el bloque estelar a las 10:00 PM. Más tarde, a las 10:11 PM, Cameron Young, Ben Griffin y Justin Thomas completarán el desfile de estrellas.
Pero más allá de los birdies y los bogeys, lo que se juega esta semana en Napa es la cohesión de un equipo que busca redención. Como dijo Spaun: “En el PGA TOUR todo es muy individual. Es refrescante tener un grupo que se apoya mutuamente”. Henley lo resumió con nostalgia anticipada: “Estoy disfrutando el hecho de estar en un equipo. Cuando la Ryder termine, sé que lo voy a extrañar”.
El Procore Championship no es solo un torneo. Es el prólogo de una historia que se definirá en Nueva York. Napa es el escenario donde Estados Unidos busca recuperar su esencia, afilar sus armas y, sobre todo, convertirse en un equipo. Porque en la Ryder Cup, el talento individual no basta. Se necesita algo más. Y ese “algo” empieza a construirse esta semana entre viñedos, fairways y cenas compartidas.