En la Ryder Cup, cada detalle cuenta. Y en la modalidad de foursomes, donde los jugadores alternan golpes con una sola bola, la elección del modelo se convierte en una decisión estratégica que puede marcar la diferencia. No se trata solo de preferencias personales, sino de compatibilidad técnica: vuelo, spin, sensación y comportamiento en el green.
En los foursomes, ambos jugadores deben jugar con la misma bola durante todo el partido. Esto obliga a consensuar una marca y modelo que se adapte al estilo de ambos. Un jugador que prefiere una bola con más spin en el approach puede verse comprometido si su compañero busca menor efecto para controlar el vuelo. Por eso, las parejas suelen formarse no solo por afinidad o rendimiento, sino también por compatibilidad de bola.
La elección de bola no solo influye en el rendimiento técnico, sino también en la confianza mutua. En los foursomes, cada golpe es compartido, y cada decisión, consensuada. La química comienza en la bolsa.