A pocas semanas de que arranque la Ryder Cup 2025 en el icónico campo de Bethpage Black, en Nueva York, el capitán del equipo estadounidense, Keegan Bradley -que todavía sueña con la posibilidad de ser jugador/capitán si se clasifica por méritos propios-, ha cerrado la composición de su cuerpo técnico con el nombramiento de Gary Woodland como su quinto y último vice capitán.
Woodland, campeón del US Open 2019 y jugador en activo del PGA TOUR, se suma a un equipo de apoyo que incluye a Jim Furyk, Kevin Kisner, Webb Simpson y Brandt Snedeker. Según Bradley, la experiencia de Woodland como competidor de alto nivel y su reciente reconocimiento con el Premio al Coraje del PGA TOUR 2025, tras superar una adversidad personal significativa, lo convierten en una figura clave de liderazgo en un escenario tan exigente como Bethpage.
Woodland fue diagnosticado en 2023 con un tumor cerebral benigno, una noticia que marcó profundamente su vida y carrera. Los primeros síntomas comenzaron tras el Masters de Augusta, cuando empezó a experimentar temblores nocturnos, convulsiones, ansiedad intensa y pérdida de apetito. La lesión estaba localizada en una zona del cerebro que controla el miedo y la ansiedad, lo que explicaba sus episodios de pánico y pensamientos recurrentes sobre la muerte.
En septiembre de ese año, se sometió a una craneotomía para extirpar el tumor, aunque no fue posible eliminarlo por completo debido a su cercanía con el nervio óptico y áreas motoras delicadas. Afortunadamente, la parte restante no ha mostrado crecimiento desde entonces, y Woodland ha podido regresar a la competición profesional con seguimiento médico y tratamiento continuo
La designación se produce en medio de rumores cada vez más sólidos sobre la posibilidad de que Bradley actúe también como jugador en esta edición del torneo, algo que no ocurre desde 1963. Actualmente clasificado entre los diez mejores del ranking, el capitán ha afirmado que está dispuesto a competir si ello beneficia al equipo, lo que aumentaría la responsabilidad de los vice capitanes como Woodland en la gestión táctica y emocional del grupo. Woodland, por su parte, se mostró “sumamente emocionado y agradecido” por la oportunidad, subrayando su compromiso total con el equipo y con la pasión contagiosa que Bradley transmite por esta competición.
Con esta decisión, Estados Unidos afianza su estructura de liderazgo de cara a una cita que promete intensidad, estrategia y emoción. Bethpage será testigo de una batalla golfística de alto voltaje entre los equipos de Europa y Estados Unidos, y los norteamericanos ya tienen tanto el talento sobre el green como la guía desde el banquillo para darlo todo.