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Entrando en el Área 52

Los Ojos del Sur

Matías Miguel Torge (Argentina) | Martes 07 de enero de 2025

El PGA Tour está pasando un momento de revolución. Y es difícil mantenerse firme ante un momento de revolución. Empiezan a pasar cosas que no son fáciles de adaptación a nuestros ojos, nos gusten o no. Y si esas cosas son potenciadas con cuestiones relacionadas a la falta de suerte, todo se vuelve más bizarro y más extraño de digerir. Recordemos que tenemos a nuestro N°1 del mundo, el estadounidense Scottie Scheffler, fuera de la competencia por una operación para sacarle vidrios incrustados de su mano derecha, en la cena de Navidad (y acaba de suspender su regreso al The American Express. Ahora volvería en el AT&T Pebble Beach Pro-Am). Por otro lado, el noruego Viktor Hovland empezó este primer torneo del año con un dedo del pie fracturado por el marco de una cama. Estas dos situaciones se sumaron a los rumores de cambios inmediatos para el Tour Championship, mencionados por nuestra genial colega estadounidense Gabby Herzig (de "The Athletic". Se baraja la idea de definir al mejor jugador de la FedEx Cup bajo un torneo match play, con los mejores jugadores rankeados entrando en instancias finales gracias al lugar que llevan hasta ese momento o dándoles los privilegios nombrados a los mejores golfistas en rondas clasificatorias mediante juego por golpes). ¡Y este lunes comenzará la extravagante liga que crearon Tiger Woods y Rory McIlroy, a disputarse con un simulador! ¿Se dan cuenta en qué contexto tuvimos este The Sentry?






Para colmo, la hawaiana Plantation Course de Kapalua volvió a ser un campo de juguete para los profesionales que estuvieron allí. Podemos poner como primer ejemplo a nuestro querido Jhonattan Vegas. El venezolano, con su cuarto lugar obtenido (el mejor de la región. El colombiano Nicolás Echavarría quedó T-32 y el puertorriqueño Rafael Campos finalizó en la posición N°57), quedó a 10 impactos del campeón. ¡E hizo -25! Podría haber ganado cualquier torneo de la temporada pasada del PGA Tour, a excepción de la edición anterior de esta competencia y el The American Express 2024.

Cuando vamos a los lugares de vanguardia, lo que vimos fue surrealista. ¿Qué fue lo más cercano a los parámetros razonables de nuestro deporte? La lucha de poder entre Hideki Matsuyama y Collin Morikawa: algo que se fue terminando en el hoyo 3, con el fantástico águila del japonés. Y más allá de algún que otro contratiempo, su victoria nunca estuvo en discusión. Tal es así que llegó a -35: récord total para cualquier evento sancionado por el PGA Tour. Encima, su juego de tee a green y su juego sobre el green (con un putter que estrenó aquí) fueron dos baluartes de un dominio claro y contundente. En consecuencia, la reacción post ronda del escolta estadounidense (con un insulto pintoresco, avalando el gran logro del asiático) habla por sí sola.

Terminamos con algunas curiosidades más: el canadiense Taylor Pendrith consiguiendo el primer albatros de la historia de este The Sentry (¡y el octavo de su carrera!) y Will Zalatoris confundiéndose con la pelota del australiano Cameron Davis, en el hoyo 15 de la última jornada y ganándose 2 golpes de multa para él y el oceánico. No mencionamos a un Tiger Woods que volvió a ganar el “Programa de Impacto de los Jugadores” porque nos parece una obviedad y un derroche de dinero que el ex N°1 del mundo no lo necesita. Ahora bien, volviendo a la idea principal del artículo, estamos transitando situaciones en donde lo eventual se vuelve moneda corriente. Y recordando ese sector prohibido (para todo público, a excepción de una autorización previa) de Las Vegas, el PGA Tour pareciera estar ENTRANDO AL ÁREA 52. Es intrigante el futuro que traerá este presente y hay que estar atentos a todo.

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