Pintaba el primer día de PGA Championship a catastrófico; cuatro sobre el par del campo en los primeros seis hoyos parecía un lastre demasiado pesado incluso para las espaldas de Jon Rahm. No salía nada, mal con los hierros, los putts tampoco entraban y el de Barrika, de mecha corta, se deseperaba. Como agravantes del nefasto comienzo, los 62 golpes de Xander Schauffelle (Rahm pinchaba la bola en el tee del hoyo 7 a 13 impactos del líder) y las pocas alegrías de este año 2024. Se palpa cierta presión alrededor de 'Rahmbo' por silenciar las críticas crecientes con un buen resultado. El público de Louisville se encargaba en recordar su fichaje por el LIV con algunas alusiones económicas poco edificantes para el jugador español, que hoy testeó su paciencia hasta límites insospechados. Llegó el primer birdie en el par cinco hoyo 7, la alegria del segundo acierto en el 10, duró poco y el bogey en el 11, tras un mal hierro, devolvieron el +3 a su tarjeta.
Rahm entonces sacó a relucir su legendaria 'garra' para firmar cuatro birdies en sus últimos seis hoyos y darle la vuelta a la situación, nunca una ronda bajo el par, fue tan buena en el comienzo de un major. "Luchando un poco el swing" definía Rahm su ronda a los compañeros de Movistar+. "Cada vez que alguien gana un torneo, suele haber un día que haces -1, o -2...", Definía la situación en el torneo con su visión del vaso medio lleno.
El jugador español se quedó obviamente con el tramo final de su ronda. Rahm estuvo a punto de hacer eagle desde fuera al espectacular par cuatro corto del hoyo 13, en el 14, un par 3 brutal de 256 yardas, robó un nuevo birdie con un hierro perfecto y un buen putt desde unos cinco metros. Fue providencial el par en el 15 y especialemente el 16, antes de terminar con dos birdies más y una sonrisa, este PGA Championship es otro torneo para el jugador de Barrika. El -1 le deja empatado entre otros con Adrián Otaegui en el puesto 46º.