Después de tres días en los que Jon Rahm no ha brillado a su nivel habitual, aunque no haya ganado desde el anterior Masters de Augusta, hoy del de Barrika ha estado algo mejor en su juego, por lo menos en los nueve primeros hoyos, pero sin brillar a su máximo nivel y al que obliga un torneo como este, sobre todo viendo sus nueve segundos, donde volvió a fallar cono en el resto del torneo a excepción de esta primera parte de la cuarta ronda.
Ya en la primera jornada perdió el tren del torneo y el viernes y el sábado dijo adiós definitivamente a la Chaqueta Verde con la única esperanza de terminar hoy domingo en el Top-10 de la tabla como consuelo menor a una semana que no ha sido sino el reflejo de como viene jugando en los últimos meses con un problema sobre los demás: el putt que le ha mantenido lejos de los primeros puestos de la clasificación durante todo el torneo.
Lo bueno es que Jon es consciente. Sabe que no está jugando bien y que tiene que mejorar varios aspectos de su juego para desde el LIV volver a la senda del buen juego, primero, y después al de la victoria.
Hoy su consuleo ha sido una cuarta ronda algo mejor en sus nueve primeros hoyos donde terminó con -1 tras tres birdies al 1, al 3 y al 7 y dos bogeys al 2 y al 8 que le dieron algo de animo para encarar los últimos nueve de su torneo particular con ganas de seguir mejorando. Pero la mejoría no avanzó y en el diez otro choque con la realidad en forma de doble bogey con otro bogey más en el 11 que le dejaban en el marcador con un +7 decepcionante y siete hoyos por jugar.
Y en la recta final del torneo para él cuatro pares seguidos hasta el 15, otro doloroso doble bogey en el 16 y dos pares más en el 17 y el 18 para decirle adiós a este torneo que, seguro, no guardará en su memoria.