La tercera jornada, la del "movimiento" en Augusta y en todos los torneos del mundo del golf no fue especialmente buena para el defensor del título, el vizcaíno Jon Rahm que pasó por este sábado en Augusta sin pena ni gloria, con un solo error en su vuelta, es verdad en el hoyo 7 Y un birdie en el 17, para terminar el 18 con su décimo sexto par de la jornada y decir adiós a todas sus posibilidades de victoria en un torneo en el que las cosas no le han ido nada bien.
Rahm, que terminó su vuelta antes de que finalizaran los tres colíderes del torneo, terminó hoy como empezó con cinco sobre par, a onces de los tres líderes y con la confirmación de que su juego no está ni mucho menos cerca de como estaba el año pasado cuando el domingo ganó el Masters de Augusta, su segundo major y el cuarto torneo de aquella mágica temporada en el PGA Tour.
El de Barrika ganó entonces su último torneo y desde entonces no ha vuelto a subir a lo más alto de un cajón que ahora parece más lejano que nunca. Es cierto que en el LIV ha conseguido este año dos torneos por equipos y que en los cinco torneos jugados ha terminado en el Top-10 en los cinco, pero da la sensación que los aficionados y él mismo se exigen mucho más en en su primera oportunidad con los mejores jugadores del mundo, por lo menos los que juegan en el resto de circuitos mundiales no ha estado a la altura.
Seguro que él es el más cabreado ahora mismo, pero maána tiene una oportunidad para quietarse esas malas sensaciones e intentar terminar con una vuelta que le deje con una sonrisa en la boca para volver con más ganas que nunca a Augusta el año que viene.