Esta semana se cumple el centenario del Open de Suiza, ahora denominado Omega European Masters que mantiene sin duda la huella del gran Seve Ballesteros en Crans-sur-Sierre Golf Club.
El torneo se celebró por primera vez en Crans-Montana en 1939 y se ha celebrado allí desde entonces aunque la sede cambió de nombre en honor al tres veces ganador del torneo, seve Ballesteros en 2002 después de que fuera rediseñado por el legendario golfista español.
Ahora el Severiano Ballesteros Golf Course es, sin duda -situado a más de 2.000 metros de altitud- una de las paradas más populares para los jugadores en el calendario del DP World Tour.
Y fue en este campo cuando tras haber ganado ya tres títulos en este torneo Severiano Ballesteros dió uno de los mejores golpes de golf de la historia.
Fue en 1993. En aquel año Seve necesitaba un birdie en el último hoyo del recorrido para seguir manteniendo las esperanzas de alcanzar en la clasificación al inglés Barry lane, entonces líder del torneo. Sin embargo, un mal tiro de salida con el driver llevó a Seve a encontrar su bola sin aparente salida blogeado a la derecha y con un muro a dos metros de la bola de dos metros y medio que apenas dejaba hacer el swwing al de pedreña, rodeado de árboles y sin vistal al green.
El caddie de Seve, Billy Foster, no dejaba de decirle a Seve que ese golpe que intentaba era imposible y que lo mejor era sacfar su bola a calle e intentar después el par, pero Seve no le hizo caso y le dijo que entre el muro y los árboles había un hueco para que pasara su bola.
Dió el golpe y dejó su bola a unos metros del green ante la incredyulidad de Foster y de los miles de espectadores que pudieron ver aquel toque de magia al que Seve respondio a la pregunta de ¿porqué había dado ese golpe?,"Simplemente me gusta seguir adelante".
Años después una plaza fue colocada en el lugar en el que el de Pedreña dio su toque magistral a la bola que sirve como recuerdo a aquel instante único y a la magia de uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte.