A estas horas seguramente en un día normal estaría terminando de impartir alguna clase de golf en Arroyo Trabuco Golf Club en Mission Viejo. Sus alumnos saben que hay un buen motivo para suspender sus clases este fin de semana, estarán esta noche pegados al televisor; desde la octava posición del PGA Championship su profesor de golf tiene una oportunidad para cambiar su vida.
Dicen de él que juega increíble al golf, pero nunca tuvo la ambición ni el coraje de darse una verdadera oportunidad "Nunca he querido tener la obligación de merter putts para pagarme la hipoteca", explicaba esta semana eñ aafable profesional de club norteamricano
Para sus alumnos, es una sorpresa relativa, hizo 58 golpes no hace mucho y suele hacer tarjetas de 65 cada vez que juega. Pero no es lo mismo jugar una ronda relajada con tus alumnos que hacerlo con Jon Rahm o Rory McIIlroy (juegan juntos hoy domingo) en una última jornada del PGA Championship.
Ni en sus mejores sueños este profesional de club de 46 años de Iowa hubiera podido sospechar que tendría en vilo a tanta gente en la última jornada de un major. Casado desde hace 20 años con una argentina llamada Val, "ella me mantiene con los pies en la tierra mejor que nadi", confesaba Michael.
El perfecto sueño americano, suele terminar en pesadillla, pero Michael ha aguantado ya tres rondas haciendo 70 golpes cada una en unas condiciones infernales, en estos días se le ha disfrutado como un niño e incluso emocionarse.
Estas historias no suelen tener un final feliz, pero dejemos que el impredecible golf y Oak Hill dicten sentencia. Este domingo, todos somos un poquito de Michael Block.