José María Olazábal sienta cátedra cada vez que habla. A sus espaldas hay 33 Masters de Augusta, 104 rondas golf y dos chaquetas verdes. A sus 57 años sabe que su tiempo ya pasó, "una semana más de estar aquí de buenos recuerdos, de momentos entrañables, en lo deportivo, va a ser una semana dura", admite sin tapujos el ganador en 1994 y 1999, "jugaré dos días y a casa", Olazábal no engaña a nadie, ni siquiera a sí mismo.
Ayer fue uno de invitados a la cena de campeones que transcurrió con coordialidad y emoción: "No hubo ojos morados ni costillas rotas", quizás el momento más tenso de la velada fue degustar la sopa de tortilla. "sí, la verdad es que era potente", afirmaba ente risas. La emoción de Larry Mize o la despedida de Sandy Lyle fueron quizás los momentos más emotivos de la noche.
Es indudable que a Olazábal en esos instantes le pasé por la cabeza el momento de la despedida. "En algún momeno llegará, no tengo ninguna fecha, pero me gustaría hacer un par de cosas antes, una es personal". Por mucho que la prensa española intenta profundizar, Olazábal se mantiene hermético. "no os lo voy a contar".
"Cada vez entro por Magnolia Lane más despacio", es como si el veterano golfista español se resistiera al paso del tiempo, "hay momentos, situaciones que recuerdo cada vez que juego", sus vivencias en Augusta National, le mantienen, aunque siempre con los pies en el campo de golf. "Cada vez veo menos cosas a las que aferrarme, sigo currando, y sigo intentando encontrar algo y la verdad es que se me está haciendo duro, no os lo voy a negar".
La sinceridad del campeón español, duele. Ayer disfrutó de una vuelta de prácticas junto as Rahm y Sergio y su diagnóstico es también claro y sincero. "Jugué ayer con los dos, los dos impresionantes, su capacidad de ejecución, de juego es extraordinaria. Me gustaría que Jon tuviera la oportunidad de ganar, ayer pegó un golpe extraordinaroo en el 13 al draw, pero creo que va a necesitar más de eso, es el único aspecto que creo tiene que mejorar un poco y le ayudaría en este campo. Con respecto a Sergio, ya me demostró de lo que es capaz solo con verle jugar los primeros hoyos, tener la cabeza fría y la pacencia para que Augusta no le haga perder la calma y pueda tener opciones".
Finalmente también tuvo palabras para el campo que tanto le ha hecho sufrir en los últtimos años y tanto ama. "La transformación del campo es extraordinaria. El cambio que han hecho en el hoyo 13 yo creo que lo han clavado. Es como devolver al hoyo a su esencia de los años 80". Diez minutos de charla con Olazábal deberían convalidar como un master en golf.