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Chris Kirk y su final feliz: "He estado a punto de perderlo todo"

Superó el alcoholismo

Elperiodigolf | Martes 28 de febrero de 2023

Han sido 2.836 días sin ganar, aparentemente solo una cifra, una fecha, pero en el caso de la victoria de Chris Kirk hay mucho más detrás de cuatro números.






Kirk fue uno de los jugadores de moda, cuatro victoria en el PGA Tour en cuatro años, la última en en Colonial en el 2015, que le permitió escalar hasta el número 16 del ranking mundial.

Jugó la Presidents Cup y metió el putt decisivo para que Estados Unidos se llevara la victoria. Su vida personal era en, apariencia, perfecta; una mujer, Tahnee, y tres hijos: Foster, Sawyer y Wilder. La familia Kirk vivía en Athens (Georgia), donde se había construido una impresionante mansión

Sin un motivo y sin ser consciente, la vida de Kirk se descontrolaba poco a poco, viajaba solo durante 30 semanas al año y torrneo, tras torneo, la situación fue degenerando y las tensiones fueron aumentando hasta el 29 de abril del 2019, el día que cambió la vida de Chris Kirk.

Aquella mañana se despertó solo en un hotel de Nueva Orleans sin recordar absolutamente nada de la noche anterior. Llevaba puesta la misma ropa. “No puedo seguir así”, se dijo a sí mismo. Fue entonces cuando decidió hacer público su problema y retirarse del golf indefinidamente, fue además, en la víspera de su cumpleaños. "Mañana celebraré mi 34 cumpleaños, pero ya he comenzado un capítulo nuevo y mejor de mi vida.

Gracias a mis amigos y familiares por estar siempre ahí", dijo entonces Kirk. En su mensaje, el jugador formado den la Universidad de Georgia anunció que el golf pasaría a un segundo plano hasta que pueda ser "el hombre que mi familia merece".

"He lidiado con el abuso del alcohol y la depresión desde hace algún tiempo. Creí que podía controlarlo, pero después de varias recaídas me he dado cuenta de que no puedo solucionarlo por mi cuenta. Me tomaré un tiempo indefinido fuera del PGA Tour para tratar estos problemas. No sé cuándo volveré, pero por ahora necesito concentrarme en ser el hombre que mi familia merece. Gracias por tu apoyo", reflejaba Kirk en un comunicado.






No volvió a probar el alcohol desde entonces y regresó casi un año después a los campos sin demasiada suerte. “Me daba igual el resultado, mi vida había cambiado”, declaraba feliz.

En esta nueva vida, se ha comprado una autocaravana y ya nunca viaja solo. Cuando no puede ir su familia, es su entrenador el que le acompaña. Y las cosas han vuelto a su sitio en todos los sentidos; fue tercero en Hawaii y en California, y el domingo culminaba su retorno ganando en Florida y sacando billete para el Masters de Augusta.

Chris Kirk ha sabido aprovechar su segunda oportunidad. “Agradezco estar sobrio –decía sobre el green del 18 del PGA National, el domingo-. Si no fuera por la sobriedad, no seguiría siendo golfista y, seguramente, no tendría la familia que tengo, he estado muy cerca de perder todo lo que me importa”.

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