Este domingo Ryan Brehm se ha enfrentado a uno de los días más difíciles de su carrera. A sus 35 años, el estadounidense necesitaba ganar el Puero Rico Open o terminar segundo en solitario para poder mantener su status como jugador del PGA Tour. Una situación muy complicada que, afortunadamente, saldó levantando el trofeo.
Brehm partía como líder, pero con la espada de Dámocles sobre la cabeza cualquier cosa podría pasar. Sin embargo, acompañado por su esposa que le hacía de caddie, se echó el torneo a la espalda para evitar los bogeys y terminar restando cinco birdies.
Con este resultado, además de salvar su tarjeta, Ryan ha estrenado su palmarés en un circuito al que llegó en 2017.