Aunque no es algo habitual para el PGA Tour que su agenda se pare en plena temporada, lo cierto es que desde que nació la gira estadounidense allá por 1916, y hasta llegar a los 95 días que el COVID-19 ha mantenido al tour en dique seco, el circuito ha sufrido algunas alteraciones en el calendario a lo largo de su historia.
La primera fue en 1919. Entre la llamada gripe española y la Primera Guerra Mundial, el PGA Tour no tuvo actividad entre el 30 de marzo de 1918 y el 5 de abril de 1919. En total, la friolera de 371 días.
Algunos años después, y también por culpa de otro gran conflicto bélico, esta vez la Segunda Guerra Mundial, el circuito americano paró desde el 16 de agosto de 1942 hasta el 17 de diciembre de 1943, aunque aquí el mes de agosto dio un pequeño respiro al golf
Siguiendo con este triste ranking, las inundaciones de Houston en 1966, las de Madison en 2009 y las de West Virginia en 2016, junto con los atentados de Nueva York en 2011, provocaron parones de 9 días.
Finalmente, otras inundaciones, también en el estado de Texas, en Fort Worth, donde esta semana vuelve el golf tras las suspensiones de 2020, obligaron a detener la actividad del tour estadounidense durante ocho días en 1949.