Las matemáticas no salieron en Chapultepec. Al menos no para Jon Rahm. El español necesitaba ganar el torneo y que Rory McIlroy fuese cuarto o peor al final del domingo, pero Jon no cumplió su parte.
Mientras que poco a poco el de Barrika iba cediendo distancia con su posibilidad de seguir acumulando hitos esta semana, la tranquilidad se apoderaba del norirlandés que necesitaba del permiso de Rahm para seguir sentado en el trono mundial.
Rory comenzó el domingo con mucho acierto, pero poco a poco se fue desinflando. A los tres birdies que restó en la primera mitad del recorrido, le siguió una segunda parte mucho más discreta, incluso fallona, en la que su única anotación fue un bogey en el 12.
Al final, vueltas de 65-69-68-68 eran suficientes para que, a pesar de terminar quinto, el británico lograse su objetivo de seguir siendo el número uno del ránking mundial una semana más.