Tiger Woods se llevó el Masters de Augusta -el primer Major de la temporada- en su regreso más espectacular, confirmando que está ya en modo competición y siendo favorito en todas las en las que participa.
Tras su décimo quinto Major, ganado seguramente contra pronóstico, el californiano está aún más cerca de un Jack Nicklaus que sabe que Tiger podría “robarle” su record de Grand Slams, pero que es, cuando menos difícil y que aún le faltan tres para empatarle.
Brooks Koepka, que cerrará el año como número uno del mundo, ha demostrado que en los Grandes crece todavía más. Una victoria en el PGA Championship, segunda consecutiva, y dos segundos puestos en Augusta y en el Us Open le dejan como uno de los grandes triunfadores del año aunque su lesión en la rodilla ha hecho que la preocupación haya llegado en su entorno, sobre todo después de no poder participar ni en el torneo de Tiger Woods, que ganó el sueco Henrik Stensson, ni la Presidents Cup que ganó el equipo americano con Tiger como jugador/capitán
Gary Woodland fue el ganador en el US Open. Salió con un golpe de ventaja sobre Justin Rose y cuatro sobre Brooks Koepka, defensor del título. Los dos eran lobos hambrientos que le podían poner en serios aprietos a Woodland el domingo. Sin embargo, Woodland estaba preparado. Jugar con Tiger Woods la ronda final del PGA Championship el año pasado le había enseñado a controlar las emociones. Y eso que en siete ocasiones salió como líder y en las siete no pudo terminar con victoria.
Pero en esta ocasión las cosas han sido diferentes y Gary Woodland salió sin complejos. La carrera por la victoria tras la primera parte del recorrido final estaba entre Woodland y Koepka. Sin embargo, al final el peso de la balanza cayó del lado de Woodland, que de esta manera conseguía el primero triunfo del año para él y su primer Major de su carrera en un año en el que llevaba ocho top ten.
Un triufo que se produjo después de saborear la victoria un año y cuatro meses después, cuando ganó el Phoenix Open de 2018, sumando su cuarto triunfo de su carrera en el PGA Tour justo en su primer Grande y firmando 3 top ten en los últimos cuatro Majors que disputó.
En el Major más europeo, y después de tres victorias estadounidenses, los jugadores del viejo continente y sobre todo los británicos, buscaban deshacer ese dominio norteamericano. Rory McIlroy era la principal referencia en el The Open pero también lo fueron Justin Rose o el defensor del título, el italiano Francesco Molinari o los españoles Jon Rahm y Sergio García. Muchos candidatos para salir en la foto y sólo un elegido en el Royal Portrush Golf Club de Irlanda del Norte.
Y al final la victoria fue para el irlandés Shane Lowry que salió el domingo arropado por la afición.
Ni Jon Rahm, ni Brooks Koepka, ni Rickie Fowler, jugadores que tenían la intención de forzar una remontada épica pudieron remontar. Los tres comenzaron pinchando, y el líder sólo tenía que controlar a Tommy Fleetwood y a sí mismo.
Tras los primeros nueve hoyos, el líder tenía cinco golpes de renta para la segunda vuelta. Los nervios y el mal tiempo complicaban la situación, pero cuando fallaba Lowry también lo hacía Fleetwood. El irlandés vigilaba muy de cerca a su máximo rival pero sabía que la victoria estaba cada vez más cerca.
Cinco golpes para cuatro hoyos que se convirtieron en un paseo triunfal. Con más calma, Lowry hizo birdie en el 15 ampliando a seis su renta. Y en el 18 la emoción ya era incontenible, llegando al green del 18 entre aplausos y abrazos. Par y victoria triunfal en The Open.