Ya lo ha conseguido. Tiger ha igualado el récord de victorias en el PGA Tour que hasta ahora ostentaba en solitario Sam Snead. Ochenta y dos veces levantando el trofeo de un torneo es algo difícil de creer y aún más de lograr, por lo que lo primero es felicitar al Tigre por su hazaña, y porque con casi total seguridad no va a dejar esta particular competición en un empate.
Todavía le quedan unos años para la cincuentena, momento en que podría pasar al Champions Tour, y no tengo ninguna duda de que ésta no ha sido la última victoria de Woods en el charco de los peces grandes.
"No tengo ninguna duda de que ésta no ha sido la última victoria de Woods en el charco de los peces grandes"
La verdad es que el californiano tiene mucho mérito. A pesar de las muchas goteras que tiene su cuerpo, que ha pasado por una buena cantidad de lesiones y operaciones, imagina la mentalidad que hay que tener para seguir deseando la victoria tanto como para machacarse a diario en el gimnasio y en el campo de prácticas. Si un jugador está en progresión ascendente y no hace otra cosa que pensar en golf y practicarlo no deja de ser, en realidad, lo más lógico en una carrera deportiva de alguien que quiere ser eso: alguien.
Pero lo verdaderamente difícil es lo de Tiger. Lo ha sido todo en golf en los últimos veinte años y por las circunstancias que todos conocemos cae a las profundidades de la clasificación mundial, de la Fedex Cup y le cuesta incluso superar los cortes de los pocos torneos que su cuerpo le permite jugar. Bien, pues el tipo se supera a sí mismo y consigue mejorar, progresar y llega a ganar otro Grande, el Masters de Augusta. Este tío no tiene fin, o eso quiere hacernos creer. En fin, el tiempo nos dirá cómo sigue su carrera, y ya digo, no creo que su racha haya terminado.
"Este tío no tiene fin, o eso quiere hacernos creer. En fin, el tiempo nos dirá cómo sigue su carrera, y ya digo, no creo que su racha haya terminado"
Durante mucho tiempo creí que era imposible que volviera a ganar, y mucho menos un Major, y Tiger en persona se encargó de cerrarme la bocota y demostrar al mundo entero que no estaba acabado. Felicidades monstruo, eso es lo único que podemos decir tras su victoria en Japón, y ahora nos disponemos a observar cuidadosamente lo que pasa con él en los próximos meses.