Opinión

¡Que gusto vivir en España!

Opinión

Guillermo Artola | Martes 10 de septiembre de 2019

Felicidades a Paul Casey por su manera de ganar el Porsche European Open, y de paso un ánimo para Pablo Larrazábal que estuvo cerca de la cabeza y jugó muy bien toda la semana.






Lo mejor es que queda mucho circuito europeo y tendrá ocasión de redondear como ya ha demostrado muchas otras veces que sabe hacerlo. Sin ir más lejos, en cuatro semanas se juega el Open de España, y dos más tarde el Open de Francia, en el que recuerdo el baño que le dio en 2008 a un entonces todavía competitivo Colin Montgomerie, que no podía creerse cómo ese chaval recién llegado le arrebataba el triunfo.

Mientras llega Francia, la semana que viene tenemos el KLM Open en Holanda, torneo que Seve Ballesteros ganó tres veces, y en una ocasión se lo llevaron José María Olazábal, Miguel Ángel Jiménez y Gonzalo Fernández Castaño.

Si seguimos repasando estos campeonatos de final de temporada en el cogollo europeo, lo primero que se observa es que siempre hay variadas victorias españolas. El siguiente en la lista es el BMW PGA Championship en Wentworth, y ahí el pionero fue Manolo Piñero, Seve lo ganó dos veces, también se lo apuntaron Olazábal y Jiménez, ¿cómo no?, y hay que añadir a la lista a Ignacio Garrido, que se lo ganó en desempate a Trevor Immelman cuando el jugador sudafricano era una promesa ya consolidada.

Un poco después se jugará un Open de España que ha pasado por dificultades económicas pero que gracias a Mutuactivos tendrá lugar en el Club de Campo Villa de Madrid.

En el 1972 fue el otro Garrido, Antonio, el padre de Ignacio, el primer español en ganarlo. Seve, faltaría más, lo ganó tres veces con catorce años de diferencia entre victorias y la última en este mismo campo madrileño. Después vinieron Sergio García, Álvaro Quirós, el incombustible Jiménez y, el año pasado, Jon Rahm.

Por cierto, parece que este año vamos a disfrutar de la presencia de los habituales del circuito europeo y, también, de los tres indianos, García, Cabrera Bello y Rahm, así que la competitividad está asegurada y la emoción también. ¡Qué gusto vivir en un país como España, y que los nuestros nos lo recuerden a menudo!

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