Opinión

Que Dios reparta suerte

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Guillermo Artola | Miércoles 04 de septiembre de 2019

Acabamos de volver de vacaciones y el golf continúa, y de qué manera. Rory McIlroy ganó el Tour Championship con el que finalizaba el Circuito Americano, y los quince millones de dólares que esto implica. Es la segunda vez que este chaval se lleva de calle la Fedex Cup, y me alegro por él y por lo que significa para el golf europeo.






Pero es que deja las celebraciones a medias para coger un avión porque tiene que jugar en Suiza, el Omega Masters de Crans Montana y acaba disputando el desempate con otros cuatro para intentar ganar también aquí.

Él, Gagli, Samooja y Romero vieron cómo ganaba Soderberg en el primer hoyo de “play off”, pero en realidad es lo de menos. El norirlandés está en racha, segundo de la clasificación mundial y, aunque hay un salto muy importante en puntos con el primero, Brooks Koepka, doce con sesenta y cinco contra nueve con sesenta y tres, si alguien puede discutirle algo al americano mascador de tabaco, ese es, sin duda, Rory McIlroy.

Mientras tanto, en ese mismo torneo y a un golpe del desempate quedó Adri Arnaus, que desde que ha accedido al charco de los peces grandes está amenazando con ganar, y no tengo tampoco la más mínima duda de que lo va a conseguir y pronto. Es para estar muy contento el ritmo con el que salen jugadores de nuestra cantera, y siempre tenemos una buena cuadrilla disputando el circuito continental y que pueden ganar en cualquier momento.

Jorge Campillo, Adrián Otaegui, Nacho Elvira, Álvaro Quirós, Pablo Larrazábal o Gonzalo Fernández Castaño son españoles que compiten habitualmente en Europa y cuyos nombres puestos en lo más alto de una clasificación no me producirían ninguna extrañeza, sólo alegría.

A estos tenemos que sumarles los tres que normalmente están allende los mares, García, Rahm y Cabrera Bello, que habiendo acabado el calendario de allá, ahora jugarán acá, y seguro que lo harán bien y con posibilidades. En fin, que como veis se ha acabado lo bueno en lo que a playa y gambas rojas se refiere, pero queda mucho en nuestro deporte favorito y sólo hay que encender la tele y disfrutar. Bienvenidos a la jungla, y que Dios reparta suerte…

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