Muy mala vuelta para un Jon Rahm que llegaba a Royal Portrush como uno de los grandes favoritos y que se va con un extraño mal sabor de boca tras dos primeros jonadas -la del jueves y el viernes- donde estuvo cómodo y viendose en disposición de luchar por la victoria, una el sabado extraña, por que a pesar de no jugar mal no pudo sacarle todo el juego que deseaba para luchar el domingo por el título y una cuarta y última donde hemos visto su peor cara con un +4 bastante doloroso.
Jon sabía que hoy tenía que ir a por todas si quería subir posiciones, no le quedaba otra, pero no ha sido la jornada del de Barrika. Sin duda, tendrá nuevas oportunidades pero este año, tras su victoria hace quince días en Irlanda, parecía que todo estaba de cara para él.
"No es fácil, especialmente si estás batallando desde el quinto hoyo. Pero nunca voy a tirar la toalla. Sabía que necesitábamos hacer cinco bajo el par para terminar entre los diez primeros", dijo Rahm.
"Una pena haber tenido un comienzo difícil y no haber tenido una oportunidad de recuperar. En cualquier caso, nunca voy a tirar la toalla independientemente de lo mal que comience", añadió el número ocho del mundo, que empezó su vuelta con un doble bogey y dos bogeys en los primeros cinco hoyos.
En sus últimos 18 hoyos, Jon firmaba una tarjeta con tres bogeys y un solo birdie en los nueve primeros hoyos mientras que en los nueve segundos las cosas no mejoraban para él terminando con otros tres bogeys y dos birdies, uno de ellos en el hoyo 18, para acabar con un total de 75 golpes, cuatro sobre par y un total de -3 que finalmente le dejaba también fuera del Top-10.