Tiger Woods se ha quitado presión en este Open. En sus primeras palabras antes de salir a jugar ha querido dejar claro que no está tan "fino como me gustaría".
Lo cierto es que desde su victoria en el Masters ha jugado tres torneos, dos de ellos los Majors del PGA CHampionship y el Us Open, donde no pasó el corte en uno y acabó vigésimo primero en otro. Eso sí, en el Memorial pudo hacer un top ten al terminar noveno.
En todo caso no ha podido practicar todo lo que quisiera e insiste en que ya no es como antes. Ahora necesita más horas de trabajo selectivo, sin forzar demasiado después de tres operaciones de espalda.
En busca de su victoria número 82, de su decimosexto Grande y de su cuarta Jarra de Clarete, Tiger se encomienda a su caddie para que le ayude a situar la pelota en su sitio en usca de precisión y no de distancia, algo que en Royal Portrush se premia.
No jugará el miércoles y espera que con una ronda de prácticas el martes "sea suficiente" para prepararse de cara a esta 148 edición del Open.