El año pasado fue una lesión en la muñeca lo que privó a Brooks Koeka de vestirse de verde. Este año, lo que dicen las mala lenguas es que su rápida perdida de peso le ha provocado una perdida de distancia que le pasará factura en su juego. Lo que no parece es que eso vaya a ocurrir esta semana en el Masters.
De hecho, jugados los primeros 18 hoyos en el Augusta National, lo que ha hecho el ganador del US Open y del PGA Championship, es postularse para resarcirse de lo ocurrido durante 2018 en este mismo campo.
Un madrugador birdie en el hoyo 2, sería la única anotación que el jugador de Florida realizarse durante la primera vuelta. Sin embargo, nada más cruzar el ecuador del torneo, el hoyo 10 le devolvía la confianza y cuatro birdies consecutivos, entre el 12 y el 15, servían para certificar que, de problemas con su juego, nada de nada.
Para entonces ya estaba con -6 en su cartulina y Bryson Dechambeau le metía presión después de golpear la bandera del 18. Dechambeau se convertía en líder provisional y obligaba a Koepka a resolver a su favor en el último hoyo.
Lamentablemente, un putt de izquierda a derecha, aparentemente sencillo, cogía demasiada caída y forzaba el empate que le sitúa con compartiendo liderato con Bryson Dechambeau. Un golpe por detrás de los colideres se situa una terna de golfistas que aún darán mucho que hablar este viernes.
Por un lado Phil Mickelson que completaba su cartulina con siete birdies y dos bogeys, encabeza esa tercera posición en la que empató con Ian Poulter, que restó dos birdies menos que el zurdo y el número dos del mundo, Dustin Johnson que completó su primer intento en Augusta con cinco birdies y uin bogey.