Opinión

Paciencia

Opinión

Guillermo Artola | Miércoles 07 de noviembre de 2018

La semana pasada hablaba sobre el tiempo climatológico que se avecinaba, al menos en Madrid y alrededores y, casi como si de un pronóstico sobre el vencedor del Masters se tratara, acerté por las narices.






Digamos que yo contaba ya con que los días de poder jugar sin pasar frío se habían acabado y resultó que el viernes y el sábado jugué y llegué a pasar calor.

El primer día fui equipado como había contado en el pasado Hoyo 19, con ropa térmica bajo la indumentaria normal y menos mal que sólo jugamos nueve hoyos porque antes de llegar a medio recorrido estaba sudando como si estuviera practicando ciclismo y no golf. Me sirvió este entrenamiento para acudir al torneo del sábado vestido normalmente y disfrutar de un día magnífico, sin frío ni lluvia ni viento, que sólo hubiera sido mejor si hubiese jugado bien.

Esto último no ocurrió, muchos fallos con los hierros medios y largos, agravados porque el terreno estaba muy húmedo y era fácil pegar detrás y hasta pasar el palo bajo la bola con sólo un salto de rana. En fin, mejor no toco el tema de la irregularidad de mi juego, porque si lo hago tendría que decir que si alguien se encuentra una consistencia por ahí perdida, por favor, que se ponga en contacto con Bajo Par a fin de devolvérmela. Se recompensará.

En cuanto a lo del mal tiempo que parecía ya instalado en nuestra vida diaria, hay que decir que el domingo también hizo bueno, pero que ha sido empezar la semana laboral y la lluvia y el frío han hecho acto de presencia. Eso supone, al menos en Madrid, un tráfico tremendo, una irritabilidad a flor de piel en casi todos los órdenes de la vida y nada de golf, al menos para los simples mortales como el que esto escribe, que tenemos que ganarnos la vida de un modo muy poco original, trabajando.

Habrá que echarle paciencia, tal vez acercarnos alguna vez a dar bolas como sustituto del verdadero juego y dejar que pasen los meses viendo muchos torneos en televisión, ya sean en directo o repetidos, que al fin y al cabo también valen para creer íntimamente en que ese golpe que acaba de dar Ricky Fowler o Justin Rose lo di yo una vez jugando con unos amigos y podría repetirlo si tuviera ocasión…

TEMAS RELACIONADOS: