En dos viernes empieza la Ryder Cup 2018 y la semana pasada ya hablamos de las elecciones del capitán europeo, Thomas Bjorn. Revisemos ahora el equipo americano y, sobre todo, dos de las elecciones de Jim Furyk que me encantan. Parece muy acertado elegir a Tony Finau y a Bryson Dechambeau por cómo están jugando en la parte final de la temporada. Lo que me encanta es que Furik haya elegido a Phil Mickelson y a Tiger Woods.
Habrá quien en este momento piense que quiero que gane Estados Unidos, pero afirmo lo que afirmo precisamente porque quiero que gane Europa. Los resultados de estos dos monstruos del golf, que no hay duda de que lo son, no pueden ser más pobres. Phil ha jugado en el equipo americano desde 1995, un total de once ocasiones, y la edición 2018 será la duodécima. Bien, pues su equipo ha ganado en 1998, 2008 y 2016, acumulando a la vez un total de ocho ocasiones en que la copa se ha venido a Europa.
Ocho a tres, no es para tirar cohetes. El caso de Woods es aún peor: Tiger empezó a jugarla en 1997, y ha participado además en 1999, 2002, 2004, 2006, 2010 y 2012. La que nos ocupa será su octava participación y de las siete anteriores sólo ha ganado la de 1999, pues no ha sido de la partida en 2008 y 2016, que son las otras dos posibles victorias durante su época de jugador. Siete a uno, menos cohetes aún. Por eso digo que me alegro mucho de que estén en el equipo. Desde luego que podría ocurrir que despertaran ahora y jugaran como solían hacerlo, de hecho Tiger ha empezado a afinar su golf, pero creo que lo que pueden aportar es experiencia y con eso sólo no se gana.
Lo mejor de todo esto es que ya pronto se acaban las ocasiones para exponer sesudas opiniones, esas que casi nunca dan en la diana por más que te estudies todas las posibilidades. El golf, como todos los deportes, tiene esa fantástica característica, la imposibilidad de prever el resultado, y la verdad es que me alegro de que así sea, aunque esto nos tenga en vilo mientras tanto. En dos martes ya sabremos que Europa ha ganado y lo celebraremos como merece.