Hemos vivido un fin de semana más que notable, con victorias españolas en el Tour Europeo y en el Champions Tour Americano, y ambas de mucha importancia.
Adrián Otaegui fue capaz de llevarse de calle el Belgian Knockout, un torneo cuando menos extraño por el tipo de juego empleado. Se trataba de un campeonato Match Play en el que no se jugaba por hoyos sino por golpes. Es decir, a partir de cierto momento jugaban uno contra otro, lo que se llama Match Play, pero contando los golpes en un recorrido de nueve hoyos.
No importa quién gana cada hoyo sino la suma final de golpes, y aquí Adrián estuvo genial. Ninguno de los que llegaron a las últimas rondas fue capaz de sacar tanta ventaja en cada partido, y en la final contra Benjamin Hebert muy pronto se vio lo que iba a pasar. En fin, enhorabuena a Otaegui, que ya ha ganado dos veces en el Tour Europeo y ambas jugando Match Play y que en las declaraciones post-partido ya le lanzaba un dardo al capitán europeo de la Ryder recordándole lo bien que se le da el Match Play. Enhorabuena y ojalá Adrián tenga tiempo de sumar más méritos para ser de la partida en París.
El otro ganador de la semana ha sido, cómo no, Miguel Ángel Jiménez, que por fin se ha apuntado un Grande en el Champions Tour Americano. El Regions Tradition jugado en Alabama fue cosa del malagueño sin mayor duda, y acabó sacando tres golpes al segundo en la clasificación final, lo que sin duda será merecedor de una celebración adecuada. Miguel jugó muy bien toda la semana y se quitó de encima la presión que le ponía haber estado en cabeza el último día en dos Grandes y haber perdido los dos.
Eso ya es pasado, el malagueño lleva cinco victorias en este Tour, disfruta como el que más jugando y lo hace de ese modo apasionante que él sabe, moviendo la bola a placer y poniéndola en “green” con maderas de calle con una precisión increíble. Felicidades una vez más a uno de nuestros mejores jugadores de todos los tiempos, y sólo tenemos que esperar un poco para que siga adornando su curriculum con victorias y haciéndonos vibrar con su juego.