Sinceramente nadie esperaba que Tiger Woods pudiera ganar esta octogésima segunda edición del Masters de Augusta pero si es verdad es que muchos soñaban con que el ex número uno del mundo y ganador de la Chaqueta Verde en cuatro ocasiones firmara una buena actuación y confirmara su recuperación definitiva en un año en el que busca de nuevo volver a ocupar un lugar destacado en el golf mundial.
Y tras una buena semana su primer objetivo que era pasar el corte, lo cumplió con creces superando la barrera de los primeros 36 hoyos y buscando luego mejorar posiciones en una clasificación que esta semana ha estado muy cara y complicada.
Y hoy Tiger, que jugó con el canario Rafa Cabrera Bello en su última jornada terminó con un gran tres bajo par para terminar con 69 golpes y entre los 35 primeros. Un excelente balance tras firmar una última tarjeta con cinco birdies, un eagle en el 15 y cuatro bogeys que reflejan a la perfección la actual situación de Tiger Woods -algo irregular en su juego- pero que aún tiene mucho que mejorar y posibilidades de mejora para un futuro a muy corto plazo.